El coche deportivo zumbaba, con el motor en marcha a gran velocidad.
Pero por mucho que Liam acelerara o adelantara a la otra parte, simplemente no podía deshacerse de Nora.
Poco a poco, empezó a sentir pánico.
Sus manos alrededor del volante sudaban y un sudor frío recorría su frente...
Volvió a mirar a Nora, sólo para ver que la mujer seguía tranquilamente a su lado. Era obvio que le adelantaba por momentos y que podía bloquearle el paso con facilidad si se desviaba horizontalmente, pero ella frenó deliberadamente y se colocó detrás de él.
Era como un gato que claramente podía atrapar al ratón, pero que optaba por burlarse de su presa dejándola escapar deliberadamente para luego volver a atraparla.
La mirada de la mujer cuando le miraba también llevaba una sensación de determinación para conseguir lo que quería.
Liam se sintió aún peor. Volvió a mirar hacia delante y tragó saliva con nerviosismo.