—¡Su Alteza!
—¡Mierda! —murmuró Valerie mientras no tenía más remedio que detenerse de inmediato. Había planeado salir del palacio sin ser detectado y se había vestido de manera discreta mientras caminaba con la cabeza baja, pero parece que eso no fue suficiente. Aún así lo encontraron.
Solo que no eran "ellos" sino "él" y era un rostro que no esperaba ver.
—Derek... —Valerie miró con ojos incrédulos al alto e imponente Fae frente a él. Derek no era otro que su segundo al mando y lo había visto caer el día que los espectros los atacaron.
Islinda había ocupado su mente tanto que no había pensado en él. Valerie no la culpaba, después de todo, ella lo ayudó a llorar. Había perdido a muchos buenos hombres ese día y fue bueno ver un rostro conocido. Pero este no era el momento ni el lugar adecuado, ya que tenía un compromiso pendiente.
Sin embargo, eso no le impidió tirar de Derek hacia adelante y envolver sus brazos alrededor de él, abrazándolo fuertemente.