Cuando Sia salió de la tienda, silbó a su Amanecer y este apareció frente a ella, montándolo sin esfuerzo.
Fue entonces cuando notó a Archer saliendo de la tienda, un pensamiento vino a la mente de Sia con una gran sonrisa en su rostro. «Será tan guapo cuando sea mayor. No puedo esperar».
Archer se acercó a Sia, mirándola con gratitud. Ella se inclinó y lo levantó suavemente, poniéndolo delante de ella.
—Comandante, estamos listos para partir —dijo su segundo al mando Valeria acercándose en su Amanecer.
Sia miró a la mujer y asintió con la cabeza mientras comenzaban a dirigirse hacia el camino después de guardar su tienda en su anillo de almacenamiento.
Después de un corto viaje, finalmente llegaron a Ciudad Canción de Río. Sia asistió de inmediato a sus importantes reuniones y después se aseguró de pasar cada momento posible con Archer.
Apreciaron su tiempo juntos en la hermosa ciudad, creando recuerdos que durarían toda la vida.