El tiempo pasó y Zaki lo contó todo mientras que su mirada estaba fijada en el vaso de la mesa. Él no reveló ningún detalle sobre la identidad de Sei. No mencionó nombres de personas ni lugares. Sin embargo, le dijo cada evento importante que había sucedido desde que Sei había llegado a ese país. Le mencionó cómo perdió todo, su amada madre y cada pedazo de cada una de sus emociones y también le dijo que peleó solo, incluso siendo un niño, cómo se las arregló para sobrevivir. Además, le mencionó por todo lo que tuvo que pasar Sei desde que fue un jovencito; le habló sobre las razones de por qué él era de esa forma. Sin darse cuenta que por un largo tiempo, lágrimas caían fluidamente en silencio de los ojos de la chica al otro lado de él.