De vuelta al hotel, el humor de Hinari cayó drásticamente en el momento en que se quedó sola.
Todavía se sentía muy herida por haber sido plantada. Se culpó a sí misma por esperar que Zaki viniera y no pudo soportar la oleada de emociones hirientes en su corazón.
Tratando de calmar su dolor, Hinari eligió pasar el tiempo con su querido y viejo amigo, el alcohol. No subió a su habitación, sino que volvió al salón de baile para beber sola. Tomó las botellas de alcohol que le sobraron y se sentó en un asiento.
El tiempo pasó y Hinari terminó murmurando para sí misma.
—Hola vod... vodka, eres realmente una gra amigo, —dijo en voz alta—. ¿Por qué no vino miiii belleza hoy? ¿Sabes por.... por qué?