"En el instante en que aterricé en el suelo con tal gracia, supe que ya no estaba en mi forma humana. Cuando miré mis manos, vi que se habían vuelto peludas y mi visión era más clara y aguda. —¡Ya estaba en mi forma de lobo!— Se escucharon jadeos de sorpresa entre los guardias. Levanté la vista para ver al Señor Langmore mirándome con una expresión de sorpresa y miedo en su cara. Tenía miedo, ¡bien! «¡Pensé con un gruñido mientras me acercaba a él!».
El Señor Langmore me miraba abriendo la boca y cerrándola como un pez. —¿Cómo... Tú... Cómo...?
—¡Esa es mi chica! —Oí decir a Ivan detrás de mí, su voz llena de orgullo y ronroneé suavemente mientras me levantaba alta y orgullosa mirando fijamente a Langmore, quien parecía estar a punto de desmayarse.
—Pero tú no podrías... no podrías... —dijo él.
—¿Transformarte? —Le envié por el enlace mental—. Así es, no podía. Pero cuando amenazas a mi compañero y a mi reino, pensé que era el momento perfecto para dejar de ser un cobarde!