—Finalmente ha llegado el momento —Amaya habló con una mirada determinada en su rostro mientras ella, sus hermanas y Nux se encontraban frente a una puerta.
Esta era una puerta que los llevaba a la Sala de Entrenamiento.
Obviamente, no era cualquier Sala de Entrenamiento aleatoria, era una Sala especialmente preparada para un duelo.
El diseño de la habitación era la réplica exacta del Escenario del Duelo utilizado por la Orden Ancestral, la única diferencia era que no había asientos para que el público se sentara y disfrutara de la batalla.
—¿Cómo te sientes? —Ámbar lanzó una mirada a Nux y preguntó.
—¿Mm? Pasé algo de tiempo con ustedes y con Estrella, pero extraño un poco a Allura. Por supuesto, no puedo verla ya que está ocupada preparándose para la Prueba. Es desafortunado, pero hay que hacer lo que se debe hacer, ¿verdad? —respondió Nux.
—Estaba hablando de la batalla, Nux. ¿Cómo te sientes? ¿Confiado?