En esta próspera ciudad, personas de diferentes lugares se agolpaban en las calles.
Uno siempre podía escuchar noticias sobre las naciones vecinas mientras estaba aquí.
—¿Qué está pasando? —al ver a los caballeros del palacio divino por todas las calles, un mercenario se quejó.
—¿No oíste que el palacio divino del juicio está buscando y arrestando a asesinos de todo el mundo? —otro mercenario susurró— Me pregunto qué les hicieron los asesinos. Obviamente, los asesinos enfurecieron a la gente del palacio divino.
—He oído que fueron humillados por un asesino en el clan elfo; me pregunto si eso es cierto... —los mercenarios hablaron entre sí con voces bajas.
—Podría ser cierto... —otra persona supuso— No es de extrañar que estén haciendo una gran cosa de eso. Recuerdo que el taller Dulan alguna vez se jactaba de traer su nuevo reino místico al clan elfo, pero ya no hablan de eso.