章 15: La suegra y los cuñados esperan que el joven Song sea la esposa
Después de enviar el talismán de comunicación a su discípulo, Xiao Baishan se giró para ver al joven de túnicas oscuras en medio del salón.
—Por favor, toma asiento, joven Song. Acompañe a esta maestra a beber té.
Song Yewan estaba viendo en dirección donde la mariposa de papel desapareció entre las nubes cuando la inmortal habló. La gentil y apacible voz de la adulta lo sacó de sus pensamientos rápidamente y volvió el destino de su mirada hacia la gran señora de esta montaña. Respetuosamente aceptó y agradeció su invitación con la adecuada reverencia, dirigiéndose a tomar asiento donde vio que los ojos de la señora le indicaban hacerlo.
Xiao Baishan llama a un nombre que el Song reconoce como perteneciente a la discípula mayor. Ella estaba en el lado derecho del salón e inmediatamente fue a atender a su shifu. Por orden de la mayor fue en busca de un juego de té y el té mismo.
—Xiao-xianshi. —Song Yewan se levantó de su sitio e se inclinó hacia ella. Sus manos le presentan una pequeña y bella caja de madera tallada con flores de loto, flores representativas de su secta—. Le he traído té que cultivamos en mi casa. Ansío sea de su agrado.
Song Yewan estaba muy nervioso aunque no lo demostrara. Las palabras se le enredaban en su mente y no sabía si era correcto decir esto o aquello. Nunca había tenido que convivir con personas de otra secta y su shifu no había previsto que algún día lo tendría que hacer, por lo que no le instruyó en ello. Ahora no sabe si sus modales son correctos o no y no se imagina siquiera cuál sería el adecuado en caso de estar equivocado.
—Wangyi.
Del lado izquierdo del salón viene el dashixiong del clan. A paso tranquilo se dirige donde Song Yewan y recibe el regalo del joven para llevárselo donde su shifu. Justo en ese momento regresa Xiao Meiyu trayendo consigo una bandeja, y sobre esta, una bonita tetera que abandona a su paso un camino serpenteante de vapor. Es la primera en entregar lo que se le encargó y dispone todo sobre la amplia mesa de su maestra.
Disimuladamente, ella le saca la lengua a su hermano marcial, quien le devuelve un gesto igual de infantil.
La caja llega segunda y es entregada directamente a la maestra. Las manos de la inmortal tiemblan por un momento cuando siente los delicados pétalos de loto tallados. Les echa un vistazo fugaz, pero detallado, y tan sólo siente que su corazón juega a hundirse y a elevarse al mismo tiempo.
Su semblante no cambia mucho; ojos extraños no lo notarían.
—Esta maestra aprecia su presente, joven Song. El aroma de su té es bastante agradable, por lo que anticipo un buen sabor. Será el té de hoy.
Entendiendo la indicación, Xiao Wangyi y Xiao Meiyu se acercan nuevamente para atender a su shifu. Ella los detiene con un gesto de su mano. Song Yewan lo nota y se atreve a acercarse a la mesa principal.
—Xiao-xianshi, permítame prepararle el té. Este tiene un procedimiento diferente.
Con un asentimiento, ella accedió.
—Meiyu, trae dos tazas más.
El joven Song fue elegante y dedicado; sus movimientos agraciados y suaves, tranquilos y silenciosos. Una hermosa ceremonia de té digna de ver y admirar.
La dama lo observa con curiosidad y atención. Desde la llegada del muchacho a su secta, Xiao Baishan no dejó de estudiar todo lo posible de él: su buena postura, sereno porte y movimientos cuidadosos le decían que es un muchacho educado especialmente en modales y ceremonias, por lo que la inmortal decidió tomar el camino de la formalidad con él y ver cuán bueno en esto era. Recuerda de pronto que su pequeño Qingchen le dijo alguna vez que su compañero venía de un templo que cerró sus puertas, por lo que entiende su educación en lo antes mencionado. Las ceremonias pueden llegar a ser bastante rigurosas e interminables, entonces comprende su asombrosa resistencia al mantenerse de pie, erguido cual bambú en su lugar tanto tiempo, aún cuando recién llegaba de su viaje y no había descansado todavía.
Pensando mejor en ello, ahora se siente culpable por haber hecho que se levante de nuevo sólo para prepararle el té.
—Joven Song, he oído de ti. —Comienza la conversación de esta manera, mientras toma con cuidado su blanca taza de té recién servida y la lleva cerca de su rostro para sentir su aroma y calor—. Mi discípulo más joven fue tu compañero de viaje hace no mucho y en su regreso nos ha contado sus experiencias. Nos ha hablado mucho de ti,. Gracias por cuidarlo en todo ese tiempo y disculpa si te ha causado algún problema; Xiao Chen ha sido demasiado mimado aquí.
Las mejillas del más joven en el salón se tornaron un poco rojas. Era notable que con sólo la mención del menor de la familia Xiao el corazón de YeWan se volvía cálido. La discípula Xiao más antigua sonrió al notarlo mientras tomaba su asiento junto a su hermano marcial, quien sólo frunció el ceño ante esto siendo receloso.
—Qingchen también cuidó de mí. —Inclina su cabeza en respuesta; a manera que muestra reconocer las palabras de la inmortal, pero que es humilde a estas—. Nunca hubo problemas con él; Qingchen fue un gran compañero.
Los discípulos Xiao están sentados a la derecha de su shifu, atentos a las palabras del joven Song. Tan concentrados que son atendidos por Yewan sin caer en ello hasta después, ganándose así un gesto molesto de su maestra como reprimenda silenciosa.
Al darse cuenta de su falta de modales, ellos sólo pueden limitarse a pelear entre sí con la mirada mientras se levantan inmediatamente de sus lugares, discutiendo sin palabras cuál de los dos le servirá el té al menor y recuperará el rostro. Song Yewan no pensaba en que un visitante no debería de actuar como anfitrión cuando llenó sus tazas, sus acciones debidas a la costumbre de servir a los demás cuando hay reuniones en su casa. Por lo tanto, se perdió de la batalla muda entre esos dos y sólo vio cuando ambos tomaron la tetera al mismo tiempo y le sirvieron de esta manera.
Song Yewan les agradece con un asentimiento y bebe un sorbo.
—Joven Song, —llama la inmortal—, debo preguntar: ¿Por qué estás aquí?
La mano de Yewan tropieza al dejar la taza sobre la mesa. Ella continúa:
—Siendo tan cercano a mi discípulo, nuestro Xiao Chen te debió de haber contado en algún momento que su secta no está abierta al exterior.
Song Yewan muerde el interior de su boca al no saber qué contestar. Sabe que debe decir la verdad, pero se pregunta de qué manera debe de hacerlo.
—Siendo así, ¿por qué has venido? Y sobre todo: ¿cómo entraste? Si Xiao Zhen te reveló el camino correcto cuando estaba contigo, entonces debo señalar que tu memoria es grandiosa y tu inteligencia admirable.
La mayoría de sus propios discípulos tuvieron problemas con esto cuando eran jóvenes; constantemente se perdían o volvían al punto de partida al no poder resolverlo. Sin embargo, más tarde, por la práctica constante y por la necesidad de cruzar la matriz laberinto para salir a jugar, ellos aprendieron la ruta ese mismo año.
¿Pero ahora viene este niño extranjero y la resuelve tan fácilmente?
—Respondiendo a la Maestra Xiao. No es así, lo lamento. En realidad, este no es tan talentoso. —Vuelve a inclinar la cabeza al mismo tiempo que extrae una pequeña y delicada placa de jade de una de sus mangas y la muestra—. Qingchen me entregó esto para poder venir.
Su reverencia se vuelve más profunda al ver la conmoción en el rostro de la inmortal cuando ve la placa que sólo pertenece a sus discípulos.
—Le devuelvo ahora lo que le pertenece. Sé que desde un principio no debí tenerla, pero, por favor, no se enoje con Qingchen por habérmela dado. Nosotros sólo...
Sus labios se fruncieron. Quería defender a su amigo, mas temía estar haciendo lo contrario. ¿Qué es lo que debe de decir? Su Xiao-xiong también tiene una ficha de entrada que no le pertenece, ¿estará afrontando la misma situación en estos momentos?
—Yo insistí.
La dama sentada en el frente de la habitación lo examina pacientemente viendo a través de su verdad a medias. Un aura elegante y poderosa la rodea, consiguiendo que el ambiente vuelva nervioso a quien esté debajo de ella. Por la imagen que transmite y la belleza que posee la dama, no pareciese que su asiento sea el correspondiente a una líder de familia, sino a una gran noble que medita sobre su hermoso trono.
—Ya veo. —Sentencia antes de llevar la bonita taza de blanca porcelana a sus labios. Esconde tras la delicada loza una suave sonrisa que no pasa desapercibida por el discípulo de Song Baihua—. Joven Song, ciertamente cumples con mi expectativa.
El color de las mejillas de Song Yewan se vuelve más brillante. Confundido por tales palabras, él no duda en abrir su boca para preguntar por tal expectativa… No obstante, es interrumpido por una pequeña y roja mariposa de papel que entra por la ventana y se posa sobre su nariz en el momento correcto. Los discípulos Xiao aguantan una risa detrás de sus tazas.
Song Yewan la acomoda sobre su mano y, después de excusarse con los demás, rompe el sello para escuchar lo que el talismán tiene grabado para él.
—¡No puedo creerlo! ¡JAJAJA! Oh, mi pobre A-Qing, ¡no sé si pensar en si es un chico afortunado o uno desafortunado!
—¿Por qué sería afortunado? El adorado amigo por el que volvió a descender está aquí con nosotros, mientras que él está ya muy lejos. Eso es bastante desafortunado.
—¡Lo es! Además, A-Qing está allá completamente solo conociendo a su futuro suegro y cuñados. ¡Quién sabe cómo lo está pasando realmente nuestro pequeño Qingchen!
—Pero… Aún en tal situación se podría decir que es afortunado. El joven Song vino a buscarlo, ¿eso no significa que…?
El grupo reunido alrededor de la mesa del jardín guarda silencio. Rápidamente comprenden y sonríen.
—¡Tienes razón, shimei! Con esto A-Qing ya debe de saber que sus sentimientos son correspondidos.
—Oh, tienes razón. Ademá-
—¡Shifu está saliendo del salón principal!
Inmediatamente callaron. Aunque lejos, desde donde estaban lograron observar la silueta de su shifu salir del salón tal y como fue avisado. Dejó sin cerrar las puertas y la vieron tomar el camino hacia su oficina. Al agudizar su visión, lograron notar su alegría al susurrarle a una mariposa de papel que se marchó volando, llevando consigo su mensaje hacia quién sabe dónde.
Escuchan las puertas recién cerrarse. Tan pronto como se voltean a verlas, se encuentran con su dashijie dirigiéndose a ellos sonriente.
—Terminó la prueba de shifu al joven Song, —anuncia a sus compañeros cuando llega a su lado. Su suave y dulce voz característica acaricia el oído de todos—. Shifu dice que pueden entrar al salón principal en cuanto ella arregla ciertos asuntos. El joven Song nos trajo té y enseñó a dashixiong y a mí cómo prepararlo. Ahora hay para todos.
Apenas termina de hablar, regresa tranquilamente por el mismo camino por el que vino. Sin demora, los demás la siguen cual patitos y conversando entre sí.
—¡Ah, qué amable trayendo té a sus cuñados! ¡Ya quiero probarlo! —exclama una de las jóvenes llevándose una mano al corazón.
Un hermano marcial piensa en voz alta—: ¿No habrá cocinado también para nosotros? Quisiera comprobar si es tan buen chef como cuenta A-Qing que es. No puedo dejar que coma cualquier cosa.
—Tsk. No lo ha hecho y no lo hará. Pienso que esa sazón debe de ser exclusiva para A-Qing.
—Ah, concuerdo contigo~ ¿No se vuelve más romántico de esa forma?
—¿Uh? ¿Acaso el joven Song no es ya lo suficientemente romántico? Todo lo que nos contó nuestro A-Qing gritaba que lo es. Y mucho.
—Aiya. Ahora que lo pienso, si así se comportaba cuando tan sólo eran amigos… ¡¿cómo será cuando estos dos sean algo más?!
—¡Ahh! ¡Ya quiero conocerlo!
—También yo. Sólo lo he visto de lejos, justo cuando dashijie lo escoltaba para ir con shifu. Quisiera hablar un rato con él y saber cuales son sus intenciones con mi xiaoshidi. ¡Fu!
Y más bla, bla, bla.
Xiao Meiyu se detiene en frente de la puerta y les hace un ademán de callarse y acercarse. Ella les susurra tan bajo como le es posible:
—Shifu dice que si demora, somos libres de llevarlo a pasear por ahí.
Inspiraciones de feliz sorpresa se oyen junto a un par de risas casi mudas.
—Entiendo. Después de todo, prácticamente el joven Song ya es nuestro cuñado. ¡Debe de conocer su nuevo hogar!
—Oh, ¿entonces el joven Song es la esposa?
—Shh. Ya vamos a entrar.
Inmediatamente, todos arreglaron sus túnicas y posturas y siguieron adelante.
La víctima de un pronto acoso por parte de sus ruidosos cuñados los saluda inocentemente sin saber lo que le espera.
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CutestAlpaca ¡Feliz San Valentín, wu!