Me vi caminando en el centro comercial con esta chica que me resulta familiar, como si la conociera hace bastante tiempo ya, cercana a mí, pero no la reconozco, su rostro plateado y dorados cabellos suscitan ese aire de familiaridad así como si sus pecas también fueran parte de una historia que antes fue contada pero que ahora no recuerdo. Es pasado el atardecer, el cielo es de un color violeta con tonos azules. No hay luna, adornado por las luces de variados colores se siente como la ciudad de neón, a pesar de las miles de luces que me dan la idea de donde podría estar todo se siente oscuro, opaco, como si una capa espesa de plomo cubriera el ambiente, me acerco a un puesto de helados que sigue abierto para intentar leer lo que allí pone, ya al ver dichas letras podría saber por dónde me encontraba, si en algún lugar de Latino américa, Asia o Europa, puedo leer en español, inglés y alemán, por lo que no me hubiera sido difícil ubicarme y salir de aquel país. Pero al ver el cartel solo veo borroso, las letras parecen difuminarse a medida que acerco la vista y trato de enfocarlas, lo que hace que mi cabeza duela y mi vista se nuble. Le pregunto al vendedor donde estamos, a lo que no oigo respuesta alguna, alzo la mirada para intentar dar con la persona dentro del puesto ambulante pero no hay nadie, está vacío y aun así abierto de par a par, ahora que me lo figuro no se siente ninguna presencia, no veo nadie en los alrededores. Salvo por esta chica que me sigue haciendo compañía por alguna extraña razón que desconozco, ella sigue estando en el mismo lugar como si fuera normal para ella verme en esta condición de desconocimiento. Vuelvo a girar mis ojos en busca de algo o alguien. No hay una sola alma en rededor, todos los locales abiertos, con sus carteles luminosos y luces de interiores encendidas sin nadie dentro, recorro a paso acelerado pero manteniendo la compostura dicha acera hasta la esquina en busca de alguna señal lo que es vano, solo se extienden en mi vista metros y metros de locales, puestos comerciales y aceras desnudas, sin un solo ruido que perturbe ese momento además del zumbido que emiten las luces de color mientras que gotas caen del tales letreros y uno que otro chispazo como si de luces viejas se tratase, pero no llovía,¿ porque habría agua de forma tan inusual?. Me devuelvo donde se encontraba la misteriosa muchacha que por misterios de la vida seguía en su puesto, extrañamente solo su boca me es divisable, el resto de su rostro sea nariz ojos o cejas me es borroso al igual que las letras, como cuando una gota de agua se esparce y trataras de ver a través de ella. Pregunto; ¿dónde estoy?, ¿qué hacemos aquí?, ¿qué está pasando?, y ¿Por qué no hay nadie más? todo en una manera lenta pero abrupta evidenciando mi incomodidad, al encontrarme en tal situación no me sentía presionado pero aun así no hay nada que me amenace más que este desconocimiento al que estoy expuesto. Siento que está congelada en su lugar, no mueve un solo musculo y no siento su mirada dado que su rostro esta estático en una sola dirección, pasado unos segundos me responde; - ¿que, acaso se te ha olvidado? estamos en una cita, decidimos que saldríamos hoy-. Ante tales palabras trato de buscar en mi mente algo relacionado a lo que acaba de decir pero no parece haber ni la más mínima idea o recuerdo que me explique porqué estoy en esta situación, le pregunto en que fecha estamos, creyendo que se tratase de una de esas paradojas metafísicas donde uno es enviado en el tiempo, a lo que responde tajantemente;- ¿Cómo se te va a olvidar este año?, además de ser un día especial no hay mucho que olvidar-.¿ Puedo estar relacionado a esta joven a la que no recuerdo en lo más mínimo?¿seré yo el que está teniendo el problema?. – Vámonos a casa, ya paseamos suficiente por el centro hoy, además dijiste que hoy hablarías con mis padres-. ¿Qué quiere decir con esto?, ¿esta joven está clamando ser mi novia? pero más importante aún, ¿porque no hay nadie además de ella y yo?
Recorrimos unas calles a pie las cuales que parecían repetirse de alguna forma, siempre las mismas luces, los mismos colores, el mismo vacío. El tiempo avanza de manera lenta según creo, entre todas las dudas de mi cabeza resalta la de ¿Por qué no puedo ver su rostro?
Nos subimos a un auto de color rojo oscuro o escarlata, pequeño, personal, que ella conduce. Me siento en el lado del copiloto dejando que ella me lleve donde quiera sea que vayamos, quizá allí encuentre respuestas a lo que aquí sucede, parpadeo una que otra vez.
Súbitamente aparecimos en el campo, como si de una especie de tele transportación se tratara, aunque me sentí extrañado al no ver luces ni nada similar, solo se sintió como si el ambiente a mi alrededor se difuminara y mezclara con el negro del espacio para aparecer donde estoy ahora, en un lado de la carretera frente a un portón de color negro, como una reja quizá, sé que tiene un motor del otro lado que lo abre, pero ¿porque sabría yo tal cosa? Al mismo tiempo que ella hace una seña con la mano el portón se abre lentamente, procedemos a entrar en el campo, una propiedad privada de varios metros de extensión, el lugar me hace sentir extraño, perseguido, como si ya hubiera estado aquí varias veces en el pasado, pero lo más extraño es que no siento el olor de los árboles, el pasto ni las flores, solo se siente pálido, me desconcierta. Caminamos por el sendero que forma las huellas de un vehículo cuando frente a un bosque, inmenso y oscuro se encuentran 2 casas, ambas de madera, no se ven viejas ni tan modernas, una pintada de negro y otra de rojo, gustos bastante raros sinceramente. llegamos a la puerta y ella me hace una seña para que le abra, - Usa la llave que te di o también lo has olvidado?-, meto la mano en uno de los bolsillos y palidezco al apretar lo que allí había, saco una pequeña llave con un cráneo de cuervo como diseño, me siento aterrado, parece sacada de un videojuego, en mi estado de incertidumbre absoluto procedo a usar la llave y abrir la puerta que rechina como si no hubiera sido usada en un largo tiempo, todo parece algo más oscuro adentro, hay una pequeña mesa de centro la cual tiene una estatuilla muy rara con forma de huesos sujetando un cuervo plateado con la cabeza descubierta exponiendo el cráneo, que sucede con esta pesadilla y los cráneos?! Pienso para mí mismo.- No la mires demasiado ya te he dicho que es peligrosa-, me dice la joven a la que extrañamente hago caso y deje que me trajera a esta tétrica casa. Volviendo de mi divagación mental y retomando mis sentidos, detengo mi mano que estaba a punto de tomar dicha estatuilla y la recojo hacia mi pecho, extrañado de que iba a tomar ese talismán tan raro con aires de ocultismo, cansado de todo este desconcierto me siento en uno de los 3 sillones que allí yacen , el cansancio y la duda pesan sobre mis ojos lo que los cierra unos segundos.- Hola Velasco, que raro verte tan seguido por aquí- me dice un hombre de atuendo formal con coderas y corbatín que extiende su mano frente a mí, lo saludo de mano mientras lo examino a él y la mujer que está a su lado, junto a la joven que me trajo aquí. Cordialmente pido su nombre, a pesar de que me incomoda que solo sus lentes y boca resaltan de su indistinguible rostro tal como ocurre con la chica que me trajo - ¿cómo no vas a recordar mi nombre, si has pasado tanto tiempo conmigo y nuestra familia?, mis ojos ruedan en sus cuencas en busca de respuestas como buscando entre todos los libreros mentales que he armado hasta ahora alguna respuesta,- no te preocupes quizá te hayas golpeado la cabeza cuando realizabas uno de tus ejercicios esos-. ¿No vaya a ser una de esas escenas donde me golpee la cabeza y empiezo a olvidar todo?, que sería del futuro para mí. Todos toman asiento, al caer en mi asiento me incomodada tal situación, aunque parece familiar este lugar, las 3 personas en esta realidad, esos cuadros colgados en la pared y esta conversación, ¿porque no se nada?
- ¿Bueno Velasco, porque no nos dices para que nos has reunido en tu casa?, mis ojos se abren de par a par ¿mi casa?, ¿porque me llama Velasco? Si mi nombre es… no lo recuerdo, ¿porque no se mi propio nombre?
- Habías dicho que era algo sobre casarte con nuestra hija, que habías pedido su mano y que ibas a hablar con nosotros acerca de ello-. Ahora si estoy espantado, que tengo que ver yo con esto, ¿que si todo esto es un sueño? No podría haber otra explicación racional - La verdad, no entiendo mucho de lo que sucede y para ser honesto me siento perdido, no es que su hija no sea atractiva pero esta situación me supera por el momento, le respondí con cautela. (Veo como la mujer a su derecha se acerca por su hombro y susurra) - te dije que era un cobarde, deberíamos terminar con todo esto ya- él no da respuesta alguna más que tener el rostro fijo en dirección a la estatuilla o a mí. Se siente la tensión en el aire, tanto por el presumible descontento de los padres, como por la atracción que siento en tocar la estatuilla que ahora me mira con esos ojos rojos que parecen brillar como 2 rubíes. Él se levanta sin decir una sola palabra y se retira a la habitación detrás de ellos donde entra el y su yo asumo esposa. – Discutiremos unas cosas en privado, no se metan solo tomara un tiempo. Se cierra la puerta detrás de el con cierta fuerza pero tratando de disimular el enojo que contenía.
- Te había dicho que debíamos matarlos cuanto antes, no me agrada la idea de decirles-.
Lo que acababa de oír me erizó la piel, mis manos se pusieron heladas ante la idea de matar a alguien; -¿Por qué piensas que deberíamos hacerlo?- pregunte siguiendo la corriente para saber más de lo que estaba hablando pero con pavor en mí ser por tan súbita invitación.
- recuerda… (lo dice en un tono gentil) ellos saben que todavía estas vivo…-
Mi garganta se aprieta al oír tales palabras, o sea que ellos no están vivos y tú tampoco lo estas por descarte, pero si estuviera atrapado en la tierra de los muertos debería haber más muertos para variar, eso es irrelevante en estos momentos, mi cabeza divaga en todas las posibilidades que esto abre, aun sin negar la posibilidad de que todo sea un mal sueño.
- Deberíamos hacerlo lo antes posible, de preferencia antes que ellos se dispongan a hacer lo mismo contigo.
- ¿Dices que me quieren matar? ¿Aquí y ahora?
- Puede ser… igual llevamos un largo tiempo saliendo y ahora que pediste mi mano significa que me iré de este lugar, algo que a ellos no les agrada.
Quitando las palabras que recién había escuchado pensaba en mi interior y trataba de procesar cada hecho que me pudiera dar una idea de donde estaba metido, entonces estoy atrapado en esta realidad junto a 3 personas muertas, dudo que sean demonios, no tengo memoria de algún suceso antes de estas últimas horas. Todo el ambiente parece volverse oscuro, se siente todo más pesado sobre mi cabeza y se escucha como si una melodía sonara en mis oídos, no son campanas de boda sino algo más lúgubre, frío, espeso.
– Deberías pensar en algo rápido que mis padres no estarán mucho más tiempo en esa habitación-.
Se escucha el crujir de los viejos tablones de esa dirección, como si dieran vueltas en círculos, se escucha el choque del metal de las llaves en la pared. ¿Qué debería hacer? mi intelecto me tendría que valer de algo en esta situación anormal en la que estoy parado, no me queda tiempo, debo reaccionar ya. La puerta se abre, lentamente va chirriando como en la más cliché película de terror, poco a poco va saliendo una bruma espesa de color verdoso. Mi corazón se acelera, tengo los ojos abiertos de par a par, siento miedo, ¡debo huir! pensé en primera instancia pero debo saber que está pasando aquí aunque debo estar vivo para contemplarlo, fue mi último pensamiento antes que mis ojos se clavaran en la silueta que se dibuja al otro lado del comedor. Ese no era el mismo hombre que había entrado, ahora se podían ver sus "ojos", dos cuencas negras y vacías en un rostro pálido que se hunden en una cabeza enorme, unas muecas como si estuviera enojado consumiéndose en ira, de su mandíbula aun sin tener una en el orificio de la boca se desprendía un color rojo casi líquido que se mezclaba con su piel, su traje rasgado y alargado lo hacían ver más alto con unas extremidades desproporcionalmente largas. ¡Corre! Fue en lo primero que pude pensar al ver la daga negra que portaba en su mano y había lanzado al lado de mi cabeza, al momento en que me puse en pie caí al suelo por un grito estremecedor como si gritara una mujer que desgarraba su garganta proveniente de aquella pieza, me compongo lo más rápido posible que puedo y corro a la puerta principal que ahora es mi única salida.
-No podrás huir de él, es muy rápido-. (Me grita ella aun sentada en el sillón)
Salgo y cierro de golpe la puerta tras de mí, la que atraviesa de una sola carga haciéndome caer a un lado. Me busca con su rostro en medio de los destrozos de manera maniática y frenética. Corro dando vuelta a la casa desesperado en busca de algo que me pudiera salvar en tal momento, miro hacia a atrás para ver dónde está tal criatura. Dando zancadas largas como si de un espantapájaros se tratara corre a una velocidad inhumana balanceándose de un lado a otro, llevando las extremidades al pecho y golpeando la tierra como si la apuñalase, me va alcanzar pienso para mis adentros tragando saliva. Lleva en frente su daga para poder ondearla y alcanzarme como si ya supiera donde va a asestar el golpe, lanza su brazo que choca contra el marco de la puerta rompiéndolo como si fuera papel, en tal momento me agache y salte dentro de la casa me sentí condenado en al estar en el mismo lugar donde comencé a huir. Súbitamente mis ojos se posan en la estatuilla negra de los ojos rojos como si de instinto se tratase, corro hacia ella siendo mi única oportunidad de intentar algo.
-¡No la toques, es importante! -(vocifero hacia mi parándose del sillón a toda prisa viendo que yo iba a tocar la estatuilla).
La criatura ya había atravesado la puerta para cuando ella recién se había puesto en pie, ahora se movía en sus 4 extremidades salvajemente similar a un insecto o cucaracha con la boca manchada en sangre. Dando mi máximo esfuerzo me estire todo lo que pude para alcanzar susodicho objeto como si de mi única forma de sobrevivir se tratase, no tenía idea de si me salvaría o no pero al ver su reacción importancia no le faltaba, mis dedos recién lo alcanzaban cuando todo se fue a negro.
Del negro pasó a tomar un color gris, entre destellos de luz arremeten contra mis ojos lo que solo acarreaba oscuridad consigo. Me hallo a mí mismo boca bajo en el suelo con la mano extendida en dirección donde se supone debía estar la estatuilla de cuervo y huesos. Rápidamente miro atrás para ver si mi perseguidor sigue allí… vacío, nada más que una habitación embargada en tinieblas y destellos de luz blanca se manifiesta a mis espaldas entre las tejas del cielo que allí están en deplorables condiciones. Me pongo en pie para recobrar los sentidos, esa persecución se manifiesta todavía en mí ser, mi sentido de alerta no se ha disipado, mi cuerpo sigue temblando por el esfuerzo y el impacto que causo en mi dicha criatura. Habiendo ya recuperado la compostura que me restaba observo a mí alrededor para examinar dicho lugar en el que ahora me encuentro y que de alguna forma tenía que ver con dicha estatua que había tocado. Todo estaba en tonos grisáceos desde el cielo que se podía ver a través del tejado hasta las paredes blanquecinas que sostenían los… mismos cuadros de la casa en la que estaba. No había duda que aquella era la misma casa a la que llegue, eran los mismos cuadros que alcance a ver antes de aquel abrupto momento, todo estaba en mal estado como si hubiera pasado un largo tiempo en el que no estuve presente. Abro y me asomo lentamente por la puerta principal que todavía estaba destruida desde aquel momento en que la criatura la atravesó, doy unos pasos para contemplar el paisaje que se manifiesta frente a mí. Kilómetros y kilómetros de tierra blanca y quebrajada como si se tratase de un desierto, solo nubes circulan y dan sombra a esa tierra inhóspita teñida de blanco. Se divisan uno que otro árbol quemado hasta carbonizado podría decir por los rayos del sol aunque este cubierto por precipitaciones a lo lejos. Todo me parece muy surreal en este punto, no puedo imaginar por que no he despertado de esta pesadilla. Me encontraba solo en aquel desierto pálido con reflejos oscuros aquí y allá, entre esas dos casas ahora de color blanco y negro, como si la sequía del ambiente se hubiese tragado todo el color que había visto en la ciudad hacia poco tiempo. A lo lejos se ve una corriente de aire que se aproxima con rapidez al mover las partículas de arena, viene como una tormenta. De pronto en mi oído se oye un zumbido, la tensión aumenta en el ambiente, se oye como un eco en mi cabeza que proviene de la distancia, en medio de aquel desierto.
- ¿Porque estás aquí?
Se escucha entre voces como si hablara una pero varias a la vez, se siente la calma en la pregunta pero se escucha como un rugido detrás de mi oído.
- Tu tiempo aquí es corto, ¡prepárate para abandonar esta tierra!
¿El me sacara de aquel pequeño respiro que tengo en medio de esta turbia situación? En mi mente surgió el pensamiento que hizo que mis ojos se abrieran en su totalidad nuevamente, ¿si me devolverá al mismo lugar significa que tendré que correr nuevamente? No lo pensé mucho más tiempo, me coloque en el umbral de la puerta y mire hacia ambos lados tratando de recordar en qué dirección estaba el portón por el cual había entrado y que se encontraba a unos 50 o 70 metros aproximadamente de la casa en la que estaba, ese aproximadamente podría ser mi ruina pero ya había zafado una vez, ¿podría hacerlo de nuevo en línea recta ahora? Trago saliva, inhalo lo más profundo y despego mis manos del dintel de la puerta así como mis piernas emprenden marcha en la dirección al vacío del desierto.
- ¡Es suficiente! –
Todo se desvanece a mi alrededor y mi cuerpo parece ascender en medio de esa oscuridad mientras que la arena se disuelve bajo mis pies, mi vista se pone borrosa mientras mis ojos se vuelven oscuros y negros en su interior, mi mente divaga de aquí para allá en aquel fatídico momento antes de regresar quien sabe si al mismo lugar donde encontraría mi muerte o se respetaría dicha distancia que había alcanzado en este otro plano. Mis pensamientos se aclaran, mi visión se restablece captando distintos destellos de colores en frente de mí, mis fibras musculares se tensan en preparación a lo que puede venir. Nuevamente acostado sobre mí estómago como si hubiera estado dormido un tiempo. Rápidamente miro frente a mí. Bosque, el tétrico y oscuro bosque que había visto en mi entrada al recinto. Siento su presencia atrás de mí, como el sonido que emite una radio antigua y maltratada situada detrás de mi nuca. Me pongo en pie a como dé lugar y empiezo a correr, no queda otra opción que adentrarme en el bosque. Poso mi mirada por sobre mi hombro para ver el momento exacto en que atraviesa la pared con una ira inconmensurable a lo que deja salir un grito desgarrador que pareciera romper cada una de las cuerdas vocales que tenía hasta terminar en un chillido agudo que perfora en mi piel –¡Vuelveeeeeeee!- . No regreso la mirada por una segunda vez, solo me enfoco en lo que tengo en frente que es el bosque que estaba detrás de dicha casa de la cual acababa de emerger la criatura. A medida que corro lo escucho detrás de mí, quizá por unos metros de distancia que se sienten más por mi error al elegir la dirección equivocada, mis zancadas son cada vez más pesadas como si se volviera fangoso a cada paso que doy. Súbitamente a medida que me adentro en el bosque, el cielo que parecía nublado y sombrío se comienza a apagar, el bosque comienza a dormir y lo que de por sí ya era oscuro no es más que espacio negro frente a mí. Ya en un punto donde siquiera puedo ver mis manos golpeo mi hombro con un árbol, caigo al suelo agitado y desorientado. Mirando a mí alrededor en busca de algún indicio de donde poder ir, se ven unas luces tenues no tan lejanas, ¡una carretera! Exclame, me puse en pie rápidamente mientras daba pasos atolondrados del golpe que me había dado. El ruido se escuchaba ahora a mi derecha, lo único que se veía eran esas cuencas que ahora brillaban como aquel sol, buscándome en la oscuridad. Mientras corría el sonido se iba haciendo cada vez más fuerte, se escuchaba a mi izquierda, a mi derecha, estaba detrás de mí. Sin pensarlo dos veces salte el cerco que apareció ante mí cayendo de golpe sobre mi costado y dejando salir aire producto del mismo golpe, me arrastre a una orilla de la carretera donde me puse en pie para pedir ayuda. Siento que el cerco se mueve como si fuera zamarreado con una fuerza inhumana, luego como se corta uno por uno las finas barras de metal que en el estaban puestas. Desde mi derecha en esa carretera ahora ya nocturna aparece un camión de carga que disminuye su velocidad, parece haber visto mis señas. Sin pensarlo dos veces me trepo por el lado izquierdo del camión y abro la puerta, para posterior cerrarla de un golpe. ¡Acelera! grito a todo pulmón con corazón en mano, el camión comienza a avanzar y toma velocidad alejándome del lugar. Miro por el espejo la carretera sudando frio y veo como ese ser se incorpora desde las sombras solo para mover su cabeza de lado a lado como una señal de desaprobación,- ¿Por qué?- digo en voz baja mientras se devuelve lentamente a ese cumulo oscuro de maleza del que salió que apenas se percibe como bosque. Suspiro aliviado mientras mis pulsaciones bajan y recupero el aliento, recién ahora se siente el frio húmedo del bosque en mi cuerpo a medida que crece la sensación de calidez que proporciona la calefacción del camión. Siento mucho dolor en mi costado, es un sin duda un palo que estaba junto al camino de la carretera y se enterró en bajo mi brazo cerca de la espalda, ahora comienza a doler demasiado a medida que el tiempo transcurría.
- ¿a qué se debe que salieras así de esa residencia a estas horas chico?
Pregunto el chofer al que recientemente había gritado, era un hombre de rostro amable, algo pasado de peso, de piel morena y ojos de un matiz amarillento extrañamente.
- Gracias por dejarme subir y lamento haber gritado antes, pero esa cosa me tenía los nervios de punta.-
- No te preocupes hijo, igual me he dado sus buenos viajes si sabes a lo que me refiero-
Suelta una carcajada mientras sujeta el cigarro con la mano izquierda y bota sus cenizas en la ventana.
- ¿No vio esa cosa que me estaba siguiendo? se paró en medio de la carretera y todo-
- Tranquilo hijo, seguramente fue un mal viaje, aunque deberías decirme donde te bajas ya que yo voy a.... y no sé si te sirva llegar hasta allá.-
El nombre de ese lugar se escuchó como un fuerte silencio, como si todo el ambiente se hubiera callado mientras el pronunciaba ese nombre, podría ser una pista de donde necesito ir, aunque de nada estoy seguro en este momento.
- Creo que iré hasta allá, no tengo ningún otro sitio al que ir por ahora-
Respondí como queriendo dejarme ir con la corriente, quería alejarme lo más posible de aquel lugar de pesadilla. En mi vida había visto una cosa así, que la luz pase de tarde a noche en unos segundos, ese otro lado de color gris al que me llevo la estatua, el hombre del corbatín y su familia, no puedo digerir tanta información de una vez. Quizá deba dormir un poco, al menos en este camión me siento más seguro que en el cualquier parte hasta ahora.
- Tratare de dormir un poco si no le molesta he tenido un día de locos-
- Adelante, ningún problema, te despertare cuando lleguemos dentro de unas horas-
Conforme el terminaba sus palabras yo empezaba a caer en un profundo sueño, "una espina saca otra espina" dicha frase rondaba en mi mente con la esperanza y la idea de que todo se desvanecería al despertar. No pasarían más de 5 o 10 minutos hasta que se nublo mi conciencia dada la extenuación que se esparcía por mi cuerpo a medida que la adrenalina bajaba su volumen, encomendándome así a la buena voluntad de aquel conductor que estuvo en el lugar justo en el momento perfecto.
Mis ojos se abren de golpe, no por el hecho de que hubiera algo en los alrededores sino por la ausencia de aquel hombre que me había traído. Se veía como el estacionamiento detrás de unos altos edificios con autos residenciales, el motor estaba apagado, la puerta camión abierta y ningún ruido perturbaba esa tensión que se estaba percibiendo poco a poco. Era casi medio día pero no podía decirlo con certeza dado la gruesa capa de nubes tapaba el sol, "o quizás nunca hubo sol en esta realidad". Bajo del camión lentamente poniendo atención a mis alrededores, estaba tranquilo pero es mejor no bajar la guardia en caso de que algo suceda, la calle cubierta por un tipo de nieve crea este ambiente pálido que dificulta mi visión y me sofoca. Justo al momento de pisar la nieve y escucharla crujir se escucha el sonido de agua golpeando el suelo, es mi sangre que se desliza por un costado de mi chaqueta y cae tiñendo la nieve de rojo. – debo buscar un hospital o un lugar para tratarme- digo para mí mismo poniéndome una meta clara, es impresionante que no me haya muerto por desangramiento en el camión, en el cual los asientos no estaban manchados de sangre por alguna razón. A lo alto de los pálidos tejados no muy lejos de donde me encontraba se divisaba una luz neón de color rosa o rojo con forma de cruz, debía de ser un hospital, de igual forma no tenía nada más que intentar que ir en esa dirección. El cumulo de nubes se ve más oscuro a medida que avanzo por lo que la luz parece brillar con más intensidad aclarando mi camino, finalmente cae la noche en el lugar donde estaba "como en aquel bosque", mi instinto me dice que me prepare a correr al más mínimo sonido aunque dudo que consiga llegar más lejos con esta herida en mi costado. Viendo como los últimos rayos de luz traspasaban las nubes, mi corazón se acelera nuevamente en miedo de lo que pueda ocurrir, todo se oscurece y el sonido cesa... al cabo de unos segundos, se escucha el correr y el chisporroteo de la electricidad bajo mis pies y una a una van prendiéndose las luces de los focos que están puestos en las calles, aliviado vuelvo a respirar con normalidad aunque me siento pat��tico en temerle a la oscuridad nuevamente como cuando era un niño, "ese problema se extendió un poco más en mi vida pese a que pensé que lo había dejado atrás". Reanude mi marcha al hospital que ahora se encontraba a unas cuadras de mí y cuyo letrero me era apenas visible con su resplandor blanco el cual esperaba que dijera "urgencias". Mi herida sangraba una que otra gota mientras caminaba al lugar donde espero que haya alguien que pueda sanarla, al momento de cruzar la última calle el dolor fue más intenso como si alguien hubiera presionado los restos del palo que tengo incrustado. No espere a que se pusiera más grave de lo que ya estaba y me precipite a trote hacia el hospital lo más rápido que pude, no me tarde más de 2 o 3 minutos en llegar a dicho lugar entre tanta nieve. Fue allí cuando la vi, a ella, sus cabellos negros, sus hombros y sus ojos… sus ojos de un color rojo, los mismos que alguna vez fueron tan gentiles, me acerco para llamarla pero su nombre no está... tampoco lo recuerdo…
- Estas sangrando, deja que te ayude-
Me dice con angustia, se acerca para sujetarme con ambos brazos y entrar en el hospital, mi conciencia comienza a abandonarme, mi cuerpo va tropezando los pies mientras mis ojos se elevan para encontrarse con los suyos, "yo he visto a esta persona, la recuerdo muy bien" es mi último pensamiento antes que mis ojos se percaten que mi rostro se va a encontrar directamente con el suelo, mi espíritu ya no daba más aguante por lo que simplemente cedió.
- Estas volviendo, eso es bueno, me asuste bastante cuando te desmayaste-
Poco a poco abría los ojos mientras veía el color piel del interior de mis parpados, se sentía la suavidad de los vendajes pero el dolor por el contacto con mi piel, supe entonces que la herida estaba tratada. La vi sentada a mi izquierda con las piernas cruzadas y un celular en la mano, el cual acababa de recibir un mensaje, lo note por el ringtone que siempre usaba, siempre la misma corta melodía. Poco a poco sus ojos se fueron borrando llegando a ser irreconocibles como los de aquellas personas que estaban en dicha casa. Se levantó de su silla he hizo un gesto de disgusto para luego salir por la puerta de la habitación. Nunca me sentí más extrañado, un pesar invadió mi ser y parecía hundirme en el suelo mientras las luces se alejaban, lagrimas brotaron de mis ojos sin motivo aparente, procedo a secarlas con mi antebrazo solo para darme cuenta que aquella habitación mejor dicho, el hospital cubierto ahora por una estela escarlata estaba en ruinas.