La respiración de Song Ning se aceleró, y sintió que su sangre se agitaba. Bajo la manta, colocó silenciosamente su mano sobre su vientre para calmar las emociones turbulentas de su corazón. No valía la pena lastimarse a sí misma o al bebé por una mujer como Su Tong.
Por otro lado, Su Tong sentía que esta era una oportunidad única en la vida. Sacó unas hojas de papel de su bolso y se las entregó a Song Ning mientras decía apresuradamente —Bien, firma esto. Firma esto para demostrar que nunca volverás a la familia Ning.
Su Tong puso rápidamente el acuerdo para renunciar al derecho de herencia frente a Song Ning con un zumbido.