```
Los dos dioses rebeldes escucharon una voz, resonando con un aura de poder primordial. El mero sonido de ella les compelió una profunda reverencia y una inclinación a someterse.
Afortunadamente, su fortaleza mental era fuerte. Controlaron sus impulsos subconscientes, recordando que eran más fuertes que eso. ¿Cómo podrían someterse al enemigo? ¡Rendirse nunca fue una opción!
Los dos dioses rebeldes se volvieron y miraron a su alrededor. Había decenas de dioses parados allí, incluidos Miembros del Alto Consejo.
Hacía mucho tiempo que no veían a estas personas... Ellos eran los que andaban tras sus vidas para complacer a los nuevos Gobernantes del Reino Superior.
—Así que son los perros de la familia que arruinaron el Reino de los Dioses y mataron al Dios Ancestral —los dioses rebeldes declararon sarcásticamente, echando una mirada a los Miembros del Alto Consejo.