Las luces parpadearon. Nicole sacudió suavemente la Copa de vino y se paró frente a la barandilla en el segundo piso. Ella observó el pretencioso intercambio de cumplido de las personas de abajo.
Eric, quién caminaba no muy lejos, levantó la vista en ese instante y de repente se encontró con la mirada clara y fría de Nicole. Nicole desvió sutilmente la mirada e ignoró la incomodidad en su corazón. Ese beso de antes, en la pista de baile, hizo que el público quedará boquiabierto. A nadie le importaba quién de ellos realmente dio el paso en falso al final del baile. Ellos solo estaban esperando un buen espectáculo de la expareja.
Cualquier reacción de cualquiera de ellos daría lugar a un sinfín de especulaciones. Por lo tanto, en el momento en que sus labios se tocaron, Nicole instantáneamente giró la cara hacia un lado. Afortunadamente, la música se detuvo y ella logró retroceder a tiempo. Miró fríamente a Eric por un minuto y luego se dio la vuelta sin mirar atrás.
Keith estaba bromeando con varias personas alrededor de Eric. Después de apartarlos, dejó escapar un suspiro de alivio y miró Eric, quien tenía una actitud fría y noble. Keith frunció el ceño al recordar lo sucedido hace un rato inconscientemente dijo:
-Lo hiciste a propósito durante el baile, ¿no es así?
Puede que los demás no se dieran cuenta, pero él sabía que Nicole llevaba el compás perfectamente. El problema era con Eric. Eric creció en los círculos de la alta sociedad y recibió educación de élite sobre todo tipo de etiqueta social. ¿Cómo podría cometer un error durante el baile?
Los ojos oscuros de Eric fulminaron Keith. Su rostro estaba tenso cuando dijo:
-No.
-Bien. Ni siquiera pienses en esa mujer. Creo que perdí la cabeza al pensar eso. Esa mujer debe haberlo hecho a propósito ¡hum! ¡de verdad es hábil tramando cosas! -por supuesto, Keith creía incondicionalmente en las palabras de su mejor amigo. Así, esas semillas de duda desaparecieron en un instante.
En el segundo piso del salón de banquetes. Grant estaba entreteniendo a sus invitados en otro lugar, mientras Nicole se sentía aburrida y miraba a su alrededor. De repente, vio a alguien saludándola desde la puerta. Sus labios se curvaron en una sonrisa mientras saludaba en respuesta. Ian Carter pronto llegó frente a ella.
-Carter, llegas tarde…
Ian se apoyó despreocupadamente sobre la barandilla, luciendo relajado y nada preocupado.
-Bueno, vengo cuando quiero. Si no hubiera escuchado que estabas aquí, no me habría molestado en asistir a un evento así.
-No tienes ni que decirlo. Sé que tu padre te obligó a venir. -Nicole le volteó los ojos sarcásticamente.
Ian no se avergonzó en lo más mínimo después de haber sido expuesto por Nicole. Él simplemente sonrió y dijo:
-Mi propósito siempre eres tú.
Nicole quería decir algo cuando, inadvertidamente, no toda la gente caminando hacia ella. Su rostro se hundió infelizmente.
-Nicole, ¿acaso no tienes vergüenza? ¿Ya estás divorciada de mi hermano, pero sigues intentando seducirlo? ¿Aún quieres relacionarte con nuestra familia? ¡Te lo dejaré bien claro, nuestra familia nunca aceptará a una mujer como tú!
Nicole había sido el centro de atención hoy, especialmente después de ese beso. Todos comenzaban a especular sobre el reencuentro del siglo de esta pudiente ex pareja. Ingrid Ferguson estaba más exaltada que nadie. Si no fuera por su posición como la joven dama Ferguson, ella habría saltado y maldecido a Nicole.
Nicole miró a Ingrid y a las pocas Damas detrás de ella. Excluyendo a Ingrid, las damas no parecían tan hostiles y probablemente fueron arrastradas junto a ella como respaldo.
-Oye, ¿quién es esta con esa boca sucia? -Ian miró a Ingrid con una sonrisa fría. Quienquiera que se atreviera a meterse con Nicole frente a él estaba cavando su propia tumba, sin importar si era hombre o mujer.
Ingrid se puso pálida y miró con furia a Ian.
- ¿Qué tiene que ver contigo? ¿Acaso eres su amante?
Ian estaba encantado.
- ¿Su amante? Me gusta cómo suena eso.
Nicole sintió un repentino dolor de cabeza ante semejante escándalo. Ella miró impotente a Ian, con una intención de advertencia.
-Cállate. -Luego miró con indiferencia a Ingrid. -Señorita Ferguson, ¿qué quiere?
Ingrid levantó la barbilla con arrogancia y dijo:
-No creas que no sé lo que pretendes. Sé que besaste a mi hermano a propósito hace un momento. ¿Quieres que mi hermano se enamore de ti? ¡Sigue soñando!