Al ver la persona que se acercaba, los ojos de Quinn se volvieron inmediatamente rojos mientras ella se acercaba a el de manera emotiva.
-Eric…
- ¡Hermano, Nicole nos arrebató la pipa! Esa es la favorita del abuelo. Si él no la encuentra, seguro que armara un gran escándalo. -dijo Ingrid con pánico.
Eric estaba de pie en la puerta con un aspecto muy alto y apuesto. Su cuerpo estaba medio oculto en las sombras mientras miraba a los presentes con frialdad.
- ¡Cállate! ¿Cómo te atreves a robarle al abuelo? -el utilizo un tono duro para regañar a Ingrid, que se estremeció de miedo y se escondió detrás de su madre, sin atreverse a levantar la vista.
Detrás de Eric estaba la persona encargada de este evento, que se quedó de pie, sintiéndose inquieto. El organizador miro al personal al lado y pregunto:
- ¿Ya está todo listo?
-Si, todo está listo. -el personal respondió con cautela.
Como todo estaba listo y hecho, Nicole ya no le tenía miedo a nada. Al fin y al cabo, su preciada reliquia familiar estaba en sus manos, así que ya tenía la última palabra. Nicole miro a Roma, que estaba a su lado.
-Vamos. No debemos perturbar la reunión familiar. -ella ni siquiera se preocupó en despedirse y giro sobre sus talones para marcharse.
-Nicole, no puedes llevártela. -dijo Eric con un tono frio.
Quinn se apresuró a añadir:
- ¡Si, no podemos dejar que se la lleve! -Con la presencia de su hijo, Quinn ya no tenía miedo y no tenía que actuar frente a Nicole.
Nicole enarco las cejas, se rio y levanto el documento que tenía en la mano.
-Mira, ya no puedes decir nada aquí. La pipa de esmeralda es mía ahora. -ella le dirigió una mirada al rostro sombrío de Eric y se puso de un inexplicable buen humor. -Señora Ferguson, debería ahorrar su energía y pensar en cómo le explicara esto al viejo amo Ferguson. Seguro que estará muy curioso por saber cómo apareció su reliquia familiar en una subasta benéfica. Me pregunto qué haría si supiera que esta pipa de esmeralda ya no le pertenece…
El rostro de Quinn estaba pálido. Lamentaba haberle ocultado esto a su suegro. Ella estaba asustada y frustrada, ya que podía imaginar el estruendoso ataque de ira del viejo. Ella incluso podría ser expulsada de la familia Ferguson.
-Eric…
Los ojos de Eric eran profundos y el aire a su alrededor transmitía un aura fría.
-Nicole, ¿Cuánto quieres para dejar esto atrás?
Nicole se rio ligeramente. sus ojos recorrieron ligeramente el frio rostro del hombre. Ella levanto la pipa de esmeralda que tenía en la mano y dijo:
- ¿Dejar esto atrás? Sigue soñando. -luego ella resoplo y salió de la habitación. Román se apresuró a seguirla.
Quinn tiro de manera ansiosa del brazo de Eric.
- ¿Cómo puedes dejarla ir así? Debemos quitársela…
- ¡Hermano, debemos hacerlo! Si no, el abuelo nos matara. -Ingrid lo miro nerviosa.
Eric levanto la mirada y la poso en la espalda de Nicole que se marchaba con las cejas ligeramente fruncidas. Luego miro a las dos mujeres que tenía enfrente con indiferencia y dijo con frialdad:
-Encontrare la manera de recuperarla, pero deberían pensar en cómo explicarle esto al abuelo. -el enderezo los puños de su traje y se dio la vuelta para marcharse.
Quizá el viejo ya sabía que su querida pipa había desaparecido. Por lo tanto, Eric no tenía intención de ocultarle el asunto a su abuelo. Ellas debían aprender a asumir las consecuencias de sus actos.
- ¿Qué? -los ojos de Quinn se desorbitaron mientras se desmayaba. Ingrid se apresuró a atrapar a su madre y la llamo varia veces, pero Eric no se dio la vuelta. Solo un miembro del personal se acercó a preguntar si necesitaban ayuda.
Con un objeto tan valioso, el organizador pregunto amablemente a Nicole si necesitaba un escolta de seguridad, pero ella se negó cortésmente. Ella solo quería fastidiar a Quinn e Ingrid y en realidad no le importaba la pipa en sí.
Al ver que se abría la puerta del ascensor, Nicole entro y escucho las palabras de Román desde un lado:
- ¿Ese es el señor Ferguson?
Eric se dirigía a ellos. Nicole no quería compartir el ascensor con ese hombre, así que pulso con determinación el botón para cerrarlo.