—En absoluto. Estoy bien de verdad —respondió Qin Yan—. Y... Justo ahora... Seré franca contigo. La pisé a propósito.
—¿Eh? —Nie Qinyu la miró.
Qin Yan se jugueteaba con el cabello y dijo con timidez, —Vi que ella estiraba su pierna para tropezarme y sabía que no iba a poder evitarlo. Así que pensé que, ya que estaba, podría pisarla, pero no pensé que el efecto de mi tacón alto sería tan grave.
Nie Qinyu escuchó esto y la observó jugar con su cabello. Esto le recordó a alguien más…
Nie Qinyu reaccionó y miró a la dama frente a él. Se rio en voz alta y dijo —Ya veo.
—Así que, lo siento por eso. Si quiere una compensación, se la daré —dijo Qin Yan.
Pero Nie Qinyu negó con la cabeza y dijo —No estaba tomando partido por ti. Conozco a mi propia hija. Su carácter es así; es impulsiva, confrontativa y muy vengativa. Por eso, sé que ella debe haber hecho algo mal para ser pisada de esa manera. Además, aún no te ha pedido disculpas por la última vez.