Nari acababa de terminar de vestirse cuando su teléfono sonó. Al principio ignoró las llamadas, contemplando el vestido que acababa de ponerse. —¿Está bonito? —preguntó a una de las criadas detrás de ella y la chica sonrió asintiendo con la cabeza. —Es perfecto, señorita Nari —dijo la criada cortésmente.
Realmente era hermoso. Nari tenía su buena cuota en cuanto a belleza se refiere, pero su carácter era completamente diferente de lo que su apariencia parecía ofrecer. Comparada con Anna, ella tenía la inocencia de un niño, así que es fácil compadecerla.
—¿Esto es lo que le dices a Anna? ¿Que es hermosa? —preguntó molesta y la joven criada se inclinó.
—Lo siento mucho, señorita Nari, no quise ofenderla —todas sabían que solo tenía que toser y serían castigadas sin piedad por la misma Kate.