章 32: Capítulo 32: Un Viaje
Una vez más, Yu Qi y Wang Fu Ya se convirtieron en tema de conversación en la escuela. Todos sabían cómo Wang Fu Ya engañó para extorsionar algo de dinero de Yu Qi. Antes de esto, nadie en el aula le hablaba a Yu Qi.
Ahora, le sucedió lo mismo a Wang Fu Ta. Incluso Shen Mei, que era una buena amiga de Wang Fu Ya, sufrió el mismo trato. Shen Mei siempre confió en Wang Fu Ya. Todo lo que Wang Fu Ya le decía era correcto. A esto se le llama confianza ciega.
Todo este tiempo, Feng Yue se mantuvo cerca de Yu Qi desde que se transfirió a este salón. Feng Yue era una chica brillante. Incluso Yu Qi, que siempre era fría, sonreía cuando hablaba con esta chica.
—¿Por qué te transferiste a esta escuela? ¿No es Ciudad B más avanzada que este pueblo? —preguntó Yu Qi durante un descanso.
—Huí de casa. Realmente odio quedarme en esa casa porque está llena de gente hipócrita. Vine aquí siguiendo a mi abuelo. Este pueblo es mucho mejor que allá.
—Oh... —Yu Qi no dijo mucho sobre esto. Feng Yue no explicó mucho, así que no comentó.
—¿Qué planes tienes para esta tarde? —Feng Yue planeó seguir junto a Yu Qi otra vez. Realmente pensaba que esta chica era interesante.
—Iré a Hierbas Divinas para aprender sobre medicina —le contó a Feng Yue sobre su horario.
—¿La tienda del Abuelo Tang?
—Sí. Él es mi maestra.
—Déjame unirme a ti también. Apuesto a que mi abuelo también está allí.
Hierbas Divinas
—Mira. Este es ese ginseng de 1000 años. Este es mi tesoro. Ese discípulo mío tiene mucha suerte de encontrar este ginseng —El Abuelo Tang aún presumía de esto al Viejo Feng.
—He escuchado esto muchas veces desde entonces. ¿No te cansas? —El Viejo Feng estaba molesto con el Abuelo Tang.
—Apuesto a que solo estás celoso de mí —El Abuelo Tang mostraba su orgullosa sonrisa.
—Abuelo, estoy aquí —Feng Yue gritó para saludar a los dos viejos.
—Maestra, estoy aquí —Yu Qi hizo una pequeña reverencia a el Abuelo Tang y el Viejo Feng.
—Querida Yu Qi, ya me enteré de ese incidente anoche. Esa familia es repugnante —El Abuelo Tang mostró su preocupación por su discípula.
—No te preocupes, maestra. Creo que no me buscarán por el momento. Si vienen, naturalmente tengo una manera de enfrentarlos —Yu Qi sonrió con desdén cuando pensó en esa familia.
—Oh, ¿hablas del acuerdo que le pediste al Sr. Chu que preparara? —El Abuelo Tang se emocionó cuando recordó ese asunto.
—¿Eh? ¿Qué acuerdo? —El Viejo Feng interrumpió.
—Señor Feng...
—Oh, por favor llámame Abuelo Feng.
—Oh, bueno. ¿Recuerdas que les di un documento para que firmaran?
—Sí. Me acuerdo de eso —Feng Yue fue quien dijo eso.
—Yo también me acuerdo —El Viejo Feng también lo recordaba.
Yu Qi abrió su bolso y sacó algo de él. Luego lo colocó frente a ellos —Es ese documento. Pueden leerlo.
El Viejo Feng tomó ese documento y lo leyó. Se quedó sin palabras. Nunca pensó que esta pequeña chica planearía esto.
—Yu Qi, ¿realmente les diste 10,000? —El Abuelo Tang se sorprendió por la cantidad que Yu Qi dio a esa familia.
—Sí —Yu Qi lo afirmó con calma.
Ambos se quedaron sin palabras de la sorpresa. El Abuelo Tang se reía al ver así a su mejor amigo.
Finalmente, el Viejo Feng habló —Con este documento, si vienen a pedirte dinero, finalmente podrás arreglarlo todo.
—Jiang Man, deberías ir de vez en cuando a tu hospital. Muéstrales tu cara y diles que aún no estás muerto —Esta vez el Viejo Feng habló seriamente al Abuelo Tang.
—No te preocupes. Apareceré —El Abuelo Tang sonrió con desdén—. Querida Yu Qi, mañana me acompañarás a un lugar. Será un viaje de aprendizaje. Empaca ropa para 2 días —El Abuelo Tang lo dijo de forma dulce.
El Viejo Feng, Feng Yue y hasta la misma Yu Qi rodaron los ojos cuando lo escucharon. Casi parecía un pervertido hablando con su víctima.
—Regresa. Es hora de la lección de Yu Qi.
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