—No te preocupes. No permitiré que nada les suceda a las personas que Blake desea proteger —Ishtar hizo lo que dijo, creando una nueva barrera alrededor de la ciudad. Al mismo tiempo, se podían oír lamentos provenientes de algunas partes de la ciudad. Figuras negras emergían de algunas de las sombras de los refugiados. Estas figuras emergían y luego se convertían en ceniza al instante.
—Parece que algunos sí entraron. Ishtar, gracias —Lillia sonrió mientras abrazaba a Ishtar, quien se sonrojó. Sabía que sus hermanas eran todas muy afectuosas. Eso lo aprendió muy bien cuando se trataba de la pequeña hada a la que le gustaba demostrar su dominio. Aunque dicha hada también se sometía bastante rápido también.
—Solo me alegra poder ayudar. Blake me ha prohibido hacer demasiado en vuestro mundo. Solo puedo proteger la ciudad si es atacada —Ishtar respondió poniendo un puchero.