Blake finalmente supo dónde estaba, así que ser confundido con alguien más no estaba tan mal. —Gracias. Umm… No estoy seguro si me está permitido o no, pero ¿puedo echar un vistazo a su ciudad?
—¡Claro! Eres libre de ir a donde quieras. Espera un momento, te daré una ficha. —El guardia rápidamente se apresuró hacia un lado donde había una pequeña mesa. Sobre ella habían dos cajas de madera, una más lujosa que la otra. El guardia abrió la caja elegante y sacó lo que parecía ser un objeto dorado. Luego corrió de vuelta hacia Blake y se lo ofreció—. Esta es nuestra ficha de paso más prestigiosa. Te permitirá vagar libremente por las calles. Dudo mucho que alguien te detenga, pero en caso de que lo hagan, solo muéstrales esto.
—Umm… Gracias… —Blake se sentía algo mal, pero incluso después de decirle al hombre que no era esta persona Ea, aún así lo trataban como tal.