Un ceño frunció las cejas de Shen Yi cuando escuchó a Shen Zichen gemir en voz baja en sus brazos. El niño ya era independiente para cuidar de sí mismo y de su hermana a pesar de su corta edad y nunca le había dado ningún problema a él ni a su esposa hasta el momento.
Era el pequeño Yuyan quien ocasionalmente estaba necesitado entre los dos. Sin embargo, hoy, se le recordó a Shen Yi que Zichen también era un niño y que necesitaría la atención y el cuidado de sus padres.
Cuidar a los gemelos ya era agotador. Comenzó a reflexionar sobre de dónde estaba obteniendo su esposa todas esas energías para mantenerse al día con ellas a diario. Su ceño se profundizó cuando levantó una mano y tocó la cálida frente del niño. Shen Zichen estaba ardiendo de fiebre.
No recordaba haber visto al niño enfermo esa mañana, aunque debería haberse notado el inusual silencio de Zichen.