Shen Yi era escéptico. Obviamente, sabía que darle las comidas favoritas a la esposa la haría feliz ¿No era esa una de las razones por la que se casó con él? Pero el comer demasiado con Shen Xue le había empezado a cambiar la figura. Tanto por intentar convencerla de ir al gimnasio.
—¿Estás seguro de que esto va a funcionar? —preguntóél.
—Por supuesto cariño. Con la preparación correcta, estoy muy seguro de que ella te lo recompensará bien —repuso Yuan Jin guiñándole un ojo y se lo aseguró¿Qué otra cosa podía hacer feliz a Xinxin además de la comida?
—Pero asegúrate de que el camión de bomberos no te arruine la cena con la hermana mayor esta noche —le recordó Shen Xue al hermano.
Él estaba seguro de que Shen Yi no sabía cocinar. El hermano era tan malo cocinando cuando eran chicos que usaba el detector de humo como temporizador. Pobre hermana mayor. Shen Xue sinceramente esperaba que esa noche no fuera una cena desastrosa.