—¿Besarte a la fuerza? Mujer, tu imaginación sí que es salvaje —dijo Su Yu, quedándose sin palabras.
—Apúrate y sal del auto. De lo contrario, nos quedaremos atrapados aquí—explicó Su Yu, señalando con impaciencia a los coches detrás de ellos.
Detener su auto en la autopista causó que los autos detrás de él se congestionaran y tocaran la bocina sin parar.
La policía de tránsito corrió apurado a su lado, pero ellos tenían miedo de acercarse cuando vieron que era Su Yu.
Sostuvieron sus walkie-talkies[1] y se dedicaron a calmar a los autos detrás de ellos.
Huo Mian también se dio la vuelta y se llevó una gran sorpresa. Se reunieron cuarenta o cincuenta autos en un lapso menor a un minuto.
La escena era espectacular, y los pitidos la hicieron sentir inusualmente agitada.
Finalmente, ella decidió salir del auto.
Sin querer hacerlo, Huo Mian abrió la puerta del auto y salió del asiento del conductor.