—Mami, Zess calentó algo de leche. Debes beber esto y descansar bien esta noche. —Jake sostenía una taza de leche caliente con ambas manos y caminó cuidadosamente hasta la cama de Wendy para entregársela. Wendy se rió mientras tomaba la taza de sus manos. —Después de ver a Wendy beber la taza de leche, Jake estaba a punto de regresar a su habitación cuando sonó el teléfono. Era una videollamada de la Ciudad de Rheinsville.
Wendy contestó la llamada y la bonita carita de Leah llenó la pantalla. Una dulce voz resonó, —Mami, te extraño.
—Leah... —Wendy sonrió con calidez al ver el rostro familiar y lindo. Agitó su mano hacia el teléfono—, ¿Has sido una buena niña y has escuchado a tu abuelo?
—Sí, he sido una buena niña. No solo escucho a mi abuelo, también escucho al Tío Todd. —Leah sonrió con orgullo a Wendy, sus grandes ojos redondos se convirtieron en medias lunas.