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29.16% La ultima guerra / Chapter 14: 2 parte 6

章 14: 2 parte 6

[Parte 5: Guias de las almas pecadoras.]

[Gracias a la intervención de los dioses los mortales ascendieron a nueva etapa en la que cambiaran sus vidas para siempre. Desde hace tiempo las casas (iglesias) de los dioses han sido un refugio para estas almas pecadoras que no tienen nada para ellos.]

[Sin embargo, de acuerdo a los principales mandamientos que tienen que obedecer algún cada de dicho dios que quieran refugiarse. El primer mandamiento es serle leal a su señor, lo segundo es respetar a los demás y la tercera es obedecer a su señor.]

[En total que deben de tener en cada casa es de cinco mandamientos, las trespincipales anteriormente mencionadas y las dos que a sus señores que ya fueron inscritas desde que se menciono en la Epoca Dorada.]

[Casas: 20. Para más información presione aquí para ver los datos de cada casa.]

[Para más información, presioné aquí o sí en algún momento quiera verlo vaya a Inicio> Información del Sistema> Guias de las Almas Pecadoras o pregunte al sistema con solo decirlo.]

...

Bajo tierra, en este lugar tan gigantesco que se podría considerar una gran ciudadela, miles de gritos de orcos sonaban en todas partes con fervor. Una lanza coalicionó con la carne de un orco y luego una flecha atravezó el craneo de un orco también.

Miles de orcos seguían a una dirección en específico donde con anterioridad se escuchó el sonido estruendoso. Y de ahi un orco iba a tacar pero de su estomago fue cortado a gran profundidad con una lanza, otro orco atacaría pero un ogro salió volando y luego otro. Quienes estaban en frente fueron cortados en sus pechos muriendo instantáneamente por la hoja de una lanza siendo la atacante una aventurera que estaba manchada de sangre de los orcos, respiraba pesadamente y tuvo que seguir atacando sin dejarse llevar por las emociones de enojo y rabia.

—¡Rápido Mateo, usa magia de sanación! —grito la mujer exhausta por agotar su energía física

—¡Si María! —Mateo lanzó su hechizo a ella

En frente de Mateo, el sanador, miró que uno de sus compañeros retrocedió tropezando al suelo apenas dando unos pasos. En su brazo yacia una flecha negra enterrada que al quitarse la manga de la camisa del herido expulsó un olor tan putrefacto que era donde la heridad provenía, todo su alrededor comenzó a pudrirse a una velocidad tan aterradora que se expandió en todo su cuerpo y el hombre que pidió ayuda a Mateo murió por envenenamiento.

Un orco venía corriendo hacia el distraido sanador y que al momento de que alzara su arma recibió una flecha en su cabeza que cae y muere al instante chocando contra el suelo.

El arquero bajo su arco, rodo hacia atras por el suelo evitando un ataque vertical y sacando una flecha, dispara a otro orco en la cabeza.

—¡No te distraigas Mateo!

—¡Gracias Rafa!

—¡Vamos hijos de su puta madre, nadie puede contra mi hahahaha!

Rafa apuntó al orgo que portaba sus hachas en forma en equis para que ninguna flecha recibiera en la cabeza, su error fue exponer el area inferior de su cuerpo. Apunto a la parte más debil siendo la entrepierna y disparó acertando.

El orco cayó al instante recibiendo la flecha y se quedará ahí agonizando de dolor de recibir dicha area afectada. Incluso rafa sintió profundamente ese dolor expresando pena y arrepentimiento.

Miró que detras de ese orco había un camino que ningún orco se le acercaba, tuvo la idea de irse ahí y llamó a sus compañeros que se reuniran con él: "—¡Síganme, encontre la posible salida de este infierno!

—¡Rafa, ¿estas seguro de lo que dices?! ¡¿Y sí es una trampa?! —María gritó con dudas mientras que desplazaba un ataque del enemigo y al mismo tiempo matara al orco cortandole a profundidad el pecho del orco

—¡No preguntes y vayamos ahí! —señaló que no hay más opciones

Pero otro hombre que porta una espada larga refutó sobre irse a ese camino en un tono sarcástico: "—¡Rafa, mis huevos me dicen que no debemos entrar ahí!

—¡Déjate de pendejadas Carlos, no tenemos otras opciones, ya que la salida está muy lejos! —no podía ver el portal, menos podía dejarse distraer de su enemigo que se le agotaron todas sus flechas y se lanzó al ataque usando su arco

—Tch —Carlos chasqueó la lengua por la verdad del asunto—, en eso tienes razón, ¡abriré paso!

Sostuvo su arma con ambas manos y miró la dirección donde se van a dirigir. Alzando en alto su espada larga se acercó a un orco e hizo un giro completo que volvió a repetir dicho movimiento hasta que llegó al área donde señalo Rafa que irían.

—¡Vamos, vamos, vamos! ¡Ya les abrí paso!

—¡Carlos, gracias!

—¡No es momento para estar agradeciendome!

Corrieron hacia la entrada, pero Mateo, quien venía al ultimo, miró al igual que Carlos que los orcos los dejaron de perseguir. Sus expresiones mostraron algo de desinteres pero en parte querían más lucha por razones que ellos nunca van a entender.

Entraron todos y se toparon que el camino se dividia en tres destinos cuyo se desconoce a donde irían.

Entraron al primero y luego de eso tiraron el techo para que nadie los siguiera y por fin se dieran un descanso. Todos estaban respirando pesadamente, por fin habían evitado o prolongado su muerte fuera tan cruel y oscuro.

Maria estaba furiosa que ni quería llorar pero lloró tanto que ni eso podía hacer. Miró a sus compañeros morir, todos murieron a manos de un ataque sorpresa de esos orcos.

Creyeron que la misión no sería tan dificil luego de tener la experiencia de haber participado excursiones de este nivel y que no necesitaban más de mil personas para esto.

Pero al ver que estos monstruos, sedientos de sangre estando en frenesí se multiplicaban, la arrogancia de su equipo de excursión fue tan alta que dejaron de lado su seguridad.

"—¡Si tan solo nuestra arrogancia fuera mínima, nunca hubiera pasado esto! ¡¿Por que la diosa de la paz no nos rescato?! ¡Se supone que ella nos dió la confianza como para que fueramos salvados en caso de que nosotros fueramos a ser derrotados!"

>¿Como Pedro dejó que pasará esto? Sí él siempre convocaba a todos... los... cazadores— susurró lo ultimo que dijo y recordó el pasado.

Recordó que cuando una tarde venía a dejar los papeles a su jefe siendo el lider principal de su gremio, miró que la persona que le brindaba consejos sonreía extrañamente, y al ver que ella dejaba los papeles de la ofinica había cambiado esa intención que tenía su sonriza.

Era como que sí él fuera otro tipo y no el que conocía.

—¡Maldición! —pateó el suelo con rabia y furia— ¡Ese hijo de puta es un maldito traidor!

—¿De qué hablas Maria? —Mateo estaba un poco asustado pero no lo muestra en su expresión

—Mario planeo esto desde un principio, engatusó a Pedro que fueramos muy pocos cazadores porque la mayoría que íbamos a estos portales siempre veníamos con un chingo de gente por sí las cosas llegaran a pasarse de la raya —tensó todo su brazo apretando tambien las manos ya cerradas—. Vi a Mario sonreír como sí de un maltido codicioso y avaro era pero cambió apenas que lo ví en ese entonces.

Mateo, en su parte, sospechó de ese hombre porque cuando lo miró por primera vez en meses atrás, cuando salía del trabajo y compraba algo en un supermercado, miró a Mario pasearse con un hombre bien vestido elegantemente, detras de estas personas venían agentes que miraban a su alrededor siendo posibles guardias que cuidaban de ese hombre.

Por un momento no pudo reconocerlo, ya tenía en mente en dejarlo pasar pero su curiosidad lo llenaba y fue ahí que miró su rostro, era un politico corrupto. Lo reconoció rápido porque ese hombre estaba siendo investigado por lavado de dinero y por traición a la patria.

Giró su mirada a otra parte por que casi lo cachan en un instante uno de esos guardias que vigilaban su alrededor.

Y fue así que terminó aquí con su equipo actualmente, sin refuerzos ni nadie que los salve.

—Vi a Mario pasearse con un hombre bien vestido en un supermecado —lo dijo en serio—. Ya estaba pensando que era un empresario pero dirigió su mirada a un lado de la cual solo podía ver la mitad de su cara. Era Quezada Juan —miró a sus compañeros sorprendidos, en especial Maria que estaba furiosa al escuchar y continúo—. Me imagino que ya lo habrán escuchado.

—¿No es puro relajo no? —carlos preguntó un poco asustado y cambió rápido su expresión y tono siendo serio— Escuché rumores en el ejercito que ese pendejo iba a intentar matar al candidato del partido izquierda a la presidencia —señalo con su dedo a Mateo sobre lo que dijo—. ¿Tienes idea de lo que puede ser capaz ese tipo?

—Tch — Mateo chasqueó la lengua—. Sí tan solo les hubiera dicho esto —quería disculparse con sus compañeros por decirle apenas esto, pero Rafa tomó de su hombro y le dijo cuando levantó su mirada—. No es tu culpa, primero salgamos de aquí con vida y luego veremos eso —sonrió como sí esto fuera un problema más a la lista.

Ver a Rafael tranquilo y con esa aura de paz y diversión era gratificante, era como que sí este tipo pasó por muchas adversidades y nunca en su vida dejó de lado aquella sonrisa que lo caracteriza.

Y Carlos, al ver al hombre ahí también sonriendo le recordó que tiene un gran amigo que lo siguió en todo. Comparando a su pasado y el de él ahora era también sorprendente, ver su cambio fisico era tan extraordinario midiendo casi los dos metros.

—Gracias chicos —agradeció Mateo.

Y al ver a Maria que asiente con la cabeza sin decir nada, le hizo recordar a aquella mujer hecho y derecho que mostró tanta confianza siendo ella misma, es serio como también mostró ser la mejor en este trabajo vomo aventurero.

—Avancemos, necesitamos irnos rápido.

...

La cueva en sí era grande, grande como para que se formaran diez hombres en línea horizontal.

Todo era silencioso mientras camibanan, el ambiente era tranquilo pero para ellos era algo aterrador, sentían como sí estuvieran en una pelicula de terror, como sí el pasillo donde caminan fuera una especie de drenaje que conecta a un lugar en especifico.

Habían caminos que ciertamente guiaban a otra parte, querían separarse pero se negaban hacerlo. Mateo, quien formaba parte del equipo de estrategas dijo susurrandole a su equipo: "—No nos vamos a separar, iremos al camino del medio."

Era impredecible por donde irían, Maria agarró un puñado de tierra y lo lanzó al aire al ver qué el polvo, que se supone se moviera con el poco viento que expulsa alguno de esos caminos, no lo guiaba a ninguno de ellos. Obedecieron a Mateo que seguirían siempre en el camino del medio y siguieron avanzando aún guardando silencio.

Carlos, el espadachín largo, se sentía un poco inseguro de sí mismo por alguna extraña razón, le era dificil sentirse que su cuerpo temblaba inconscientemente como que sí hubiera confesado sus secretos hacia su persona de confianza.

Varios pensamientos se le subian sobre irse de aquí o que se quedaría con ellos hasta muerte o que sí lograran encontrar la salida él fuera el primero en irse, no, hay tantas especulaciones que su mente simplemente no podía dejar en pensar en ello.

Sin embargo podía ver que más allá había poca luz que sacó su espada larga y lo sostuviera con ambas manos preparandose para ver lo que venía acontinuación.

Los demas hicieron lo mismo en silencio, estaban nerviosos pero mantenían esa expresión de seriedad. Creen que posiblemente fuera una trampa o otro camino que tienen que recorrer.

Cuando llegaron, el lugar era tan grande como sí aquí podían resguardarse más de diez mil personas.

Nadie quería irse al medio por miedo y se dirigieron a la entrada que los conducirá a lo desconocido. Pero cuando estuvieron en frente de esa entrada pasos se escuchaban como sí venían aquí miles de personas hacia ellos.

Regresaron corriendo donde salieron pero también escuchaban el mismo sonido, fueron a otra entrada pero también se escuchaban esos pasos que los asusta mucho. Pero al ir al ultimo camino, simplemente sentían que no debían de entrar ahí, sentían como sí un verdadero monstruo venía por ellos.

No tuvieron otra opción más que quedarse ahí y se posicionaran. Comentó Carlos: "—Señores, sí este es el fin, quiero decirles que los quiero como familia —sonrió encurvando su labio y entrecerrando sus ojos."

Sabían extremadamente bien que Carlos, una persona relajada y de buena onda, nunca diría eso por que siempre él era el más fuerte en su categoria y ocupación.

Lo conocen por mucho tiempo, y sí se llegaran a preguntar ellos: ¿Es una broma? Dirían que no porqué él siempre se divertía con ellos en los malos momentos que pasaban en sus tristes vidas.

Él era como su pilar, un gran hermano sí se podría decirse así. Mateo sentía que sus palabras eran de total sinceridad y de su corazón siente que todo acaba aquí.

—Te quiero hermano —sonrió de igual manera pero su voz estaba quebrado—. Tambien los quiero amigos.

—No digan eso chicos —se enojó Maria sin mirarlos, estaba llorando sin que ellos se dieran cuenta.

Rafa sentía lo mismo que ellos, sentía que su momento había llegado porque empezaba a temblarse por ese miedo a la verdad que todos tienen que pasar, el miedo a morir.

—María —habló seriamente mirandolo—. Si llegas a ser capturada... perdónenme por mi palabara pero no tengo de otra,. Tengo que matarte.

—... Está bien.

— ¡No, claro que no está bien esto! —Mateo protestó— ¡¿Cómo quieres matar a María sí es nuestra amiga?!

Desde el punto de vista de Mateo sabía bien que esto estaba muy mal, ¿matar a su propia amiga o quizas familiar? Para él habían otras opciones que descubrir pero no era tiempo para estar buscando eso.

Sabe bien lo que Rafael quizo decir, pero él rechaza esa idea por el bien de ella. Sin embargo, Carlos lo ha tomado del hombro y le hizo recordar lo que pasó en el Apocalipsis.

—Es lo mejor para ella, no quiero ver que mi única amiga sea torturada por esos orcos.

>Sabes bien lo que significa ser torturado por un orco, sabes bien lo que pasó con esas mujeres.

—Pe-Pero —estaba llorando pero ahí fue que María lo interrumpe y lo mira directamente a los ojos y dice con su voz quebrada—. No te preocupes, nos veremos en el cielo Mateo.

—Snif...

Ella solo juntó su frente con la de él y cerraron sus ojos por su amistad tan intima que tienen. Carlos sonrió por eso y girando su mirada vio a los cientos de orcos que empezaban a salir de la entrada y poco a poco los empezaban a rodear.

Todos esos monstruos lo rodeban mientras que María se separó de él y lo mirara con un toque romántico. Fue ahí que ambos conectaron y se dieron un beso tan conmovedor que duró un poco.

Se separan y se preparan para lo que viene. Esos orcos nunca pusieron pie en la entrada de aquel entrada que sintieron el verdadero miedo pasar.

Cuando salió ese ser del miedo, era muy diferente a comparación con los orcos, este se veía muy fuerte con un cuerpo en extremo musculoso que hasta se veía que estaba a punto de reventarse esos tendones que formaban este cuerpo de un gobernador, delgado con ese toque fisicoculturista.

No era tan grande ni tan pequeño, media dos metros con un aspecto delgado y musculoso como se mencionó anteriormente.

Este al sonreír su sonriza era anormalmente grande monstrando esos dientes como si de un tiburón sacado de una película de terror se tratase.

Esos ojos tan oscuros que son iguales al de los orcos, pero este tenía una pupila blanca que lo diferencia de los demás. Con eso eso hizo temblar a los chicos que ya estaban preparados mentalmente.

Mateo, con su expresión aterrada, estando detras de Maria pensó: "—¡Es el jefe final!" Tragó saliva despues de pensarlo. Ese orco que con su imponente e intimidante presencia miró fijamente a Maria que se asusta al ser observada por este monstruo perverso.

Sentía que su vida corría en peligro por este monstruo: "—No cabe duda que las victimas de abuso sexual sienten esta impotencia de ver a sus abusadores sin ser castigados".

Apuntó su lanza a él y este solo carcajeó como un maldito psicópata, esa carcajada llena de terror y locura absoluta era evidente que este monstruo es en verdad uno.

—¡Hahahahahahahaha!

Esa voz tan profunda y tan inhumana hizo que erizaran los bellos de los chicos que instintivamente retrocedieron. Pero cuando el orco paró de carcajear, habló lamiendose sus labios: "—La sangre de los humanos es la cena de los orcos...

>Las hembras humanas son perfectas para que nazcan mis orcos, mis niños.

>Tú serás una más de mi familia, y nunca te voy a dejar ir."

Se lamió su labio como sí esto fuera un maldito acto perverso entre él y la chica. Mateo se sentía inútil como también sentía vergüenza por ver qué su cuerpo era muy diferente que el del suyo.

María miró de reojo a su amor, sintiendo que lo más probable es que no pueda cumplirle la palabra de que ellos lo maten o se suicide.

Sacó su cuchillo e intentó ponerselo en cuello pero este orco lo detiene con un simple paso que dió: "—No, no, no, no... ¿quieres irte al hades asi?"

—¿Eh?

—¿No quieres tener una familia conmigo? —preguntó cambiando su tonalidad de voz en una aguda

Es claro que él quiere a la chica, es claro cuales son sus intenciones y del por qué cuando aún luchandon contra orcos de diferentes tipos siempre se llevaban a las mujeres.

—Hoy, tú y yo, vamos a celebrar esto con la sangre de tus seres queridos, hembra.


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