—Me alegra verte de regreso. Ya empezaba a pensar que teníamos que buscarte. ¿Te divertiste? —preguntó Finn, observando mientras Zayne subía los escalones hacia él.
—Cállate —dijo Zayne, sin estar de humor para la charla de Finn.
—Otra vez con esa actitud de bastardo gruñón. Y aquí pensé que tus salidas te harían una persona más agradable. Mientras tú has estado fuera divirtiéndote haciendo quién sabe qué, yo acabo de leer el mensaje enviado desde el palacio y el rey está enojado —dijo Finn.
—Entonces nada ha cambiado —respondió Zayne, pasando por el lado de Finn para ir a su habitación—. ¿Hay algo de importancia que necesitas compartir conmigo?
—¿Quieres decir como que uno de nuestros barcos está a punto de zarpar para casa y Lucy sigue aquí? ¿Es eso importante? —preguntó Finn, retrocediendo después de la mirada que recibió de Zayne—. Solo deberías estar enojado con ella. Ella sabía que tenía que irse. Sabes que ella nunca me escucha.