Dada la situación actual, Lauren decidió no pasar la noche en el hospital más.
—Mamá, creo que debería irme —le dijo a Sarah.
—¿Pero por qué, querida? ¿Pensé que habías perdonado a mamá?
Lauren tomó la mano de Sarah en las suyas y la miró directamente a los ojos para tranquilizarla y también convencerla de que no intentaba engañarla. —Como dije antes, mamá, no hay nada que perdonar.
—Entonces, ¿por qué te vas? —Sarah parecía abatida—. ¿Ha renunciado a Steffan tan pronto?
—Steffan no me reconoce, así que no tiene sentido que me quede. Conociendo el carácter de Steffan, puede que no quiera que haga nada por él ya que no soy enfermera ni doctora —Lauren explicó pacientemente.
—He reflexionado sobre las cosas y siento que es mejor que me mantenga alejada por ahora hasta que se recupere.