—Este es el Dr. Steffan Rosse, un amigo cercano y alguien que ha sido increíblemente de apoyo —ella eligió sus palabras cuidadosamente, sin revelar demasiado, pero ofreciendo suficiente para satisfacer la curiosidad inmediata.
Esta simple presentación fue suficiente para generar un murmullo de susurros entre la multitud.
Algunos reconocieron su nombre, murmurando acerca de su reputación como un cirujano consumado, mientras que otros todavía estaban reconstruyendo quién era esta nueva figura.
El rumor creció más fuerte, los clics de las cámaras más fervorosos mientras intentaban capturar la química entre ellos.
Otro reportero, más determinado, se adelantó —Dr. Rosse, es un placer conocerlo. ¿Están usted y Lauren… involucrados? —el tono era tanto inquisitivo como especulativo, pescando por una respuesta definitiva.
Lauren permaneció imperturbable, aunque Steffan podía sentir cómo los dedos de ella se apretaban sutilmente contra su espalda.