Steffan asintió, más para sí mismo que para su hermano, ya que no podía verlo. —Solo espero que esto termine pronto. Cada día con Dolly se siente como vivir en medio de gusanos con garras. Pero resistiré... por Lauren —añadió.
—Bien. Mantente fuerte, hermano. Mantén la guardia alta alrededor de Dolly, ella es muy astuta e inteligente y detectará cualquier error. Estamos cerca y no podemos permitirnos fallos ahora.
—No dejaré que nada arruine esto —dijo Steffan con una determinación tranquila—. Por Lauren, lo soportaré todo.
La voz de Stanley se suavizó. —Sé que lo harás. Y recuerda, estoy a una llamada de distancia. No dudes en contactarme si necesitas algo.
—Esa mujer mayor que enviaste ha estado haciendo un gran trabajo.
—Sé que es de confianza, por eso la elegí. ¿Ha venido hoy? —preguntó Stanley.
—Aún no, pero debería llegar en cualquier momento —dijo Steffan mientras echaba un vistazo a su reloj de pulsera—. Y gracias por todo.