Eleanor puso cara de enfado y desvió la mirada, cruzando ambos brazos sobre su pecho.
—No quiero adivinar. Todavía estoy muy enfadada contigo por no cumplir tu promesa.
—¿Y si te digo que voy a ir a tu evento deportivo de hoy? ¿Seguirás enfadada conmigo?
Eleanor procesó lentamente lo que su tío acababa de decir y al minuto siguiente gritó, saltando de su asiento, sus ojos brillando de alegría.
—¿En serio?
—Sí, querida. Tu tío ha accedido de buen grado a venir a tu evento deportivo de hoy para animarte —afirmó Kathleen—, lanzando una mirada cómplice en dirección a Jason, quien a su vez negó con la cabeza, impotente.
Eleanor se apresuró a llegar hasta donde estaba Jason y le plantó un beso en la mejilla.
—Eres el mejor tío del mundo. ¿Te he dicho ya que te ves particularmente guapo esta mañana?
Jason sonrió, en absoluto sorprendido por el cumplido de Eleanor.
—Siempre he sido guapo, mi querida Miss Universo. Pero gracias de todas formas.