—¿Qué? ¿Creías que podrías escapar de mí tan fácilmente? —se burló Mira.
Hana casi asintió subconscientemente, pero afortunadamente se detuvo a tiempo.
—De todos modos, no vine aquí solo para darte una buena paliza. Estoy segura de que puedes adivinar la otra razón por la que vine a esta ciudad.
Esta vez, Hana asintió con la cabeza y murmuró:
—Quieres aprender mi técnica de sigilo...
—Correcto. Entiendo que no pude protegerte de la Familia Lionel, pero esta vez, prometo que mientras me sigas, la Familia Lionel no podrá tocar ni un solo cabello de tu cabeza. Todo lo que tienes que hacer es enseñarme a mí y a mis subordinados tu técnica de sigilo. —dijo Mira con confianza.
Su confianza no era sin motivo, tampoco. Si logra volver a la Secta Doncella de Batalla, es cierto que la Familia Lionel no podría tocar ni un solo cabello del cabello de Hana.