La luz en la sala de control se hizo más brillante a medida que el motor principal del Destructor del Cielo rugió por primera vez en mucho tiempo, pero la iluminación no se intensificó al punto de resultar molesta.
—Vaya, así que en realidad puedo delegar más personas para que me ayuden a controlar esto —Bai Zemin comenzó a hablar consigo mismo mientras una gran cantidad de información inundaba su cabeza.
El Destructor del Cielo simplemente tenía demasiadas funciones. Aunque el cerebro de Bai Zemin era lo suficientemente fuerte y rápido para procesar una gran cantidad de información en cuestión de segundos, él era, al fin y al cabo, una existencia de Primer Orden; considerando que estaba pilotando un barco de guerra capaz de masacrar existencias de Cuarto Orden con su arma más fuerte, ya era un milagro que la cabeza de Bai Zemin no explotara.