Maxwell se acercó muy lentamente a María y la tomo entre sus brazos. su ropa se manchó de sangre, pero poco le importó, sus brazos temblaban al sostener a la mujer que por mucho tiempo fué su fiel amante.
Con una mirada muy dolida y un poco vacilante tocó el vientre de María y observó como está lentamente dejaba de respirar mientras lo observaba con una mirada suplicante.
Los labios de maxwell temblaron brevemente queriendo decirle algo, pero nada salió de su boca. Miró a un lado donde su madre tenía una mirada sin vida mirando fijamente a la nada con un gran y horrendo corte en la garganta.
Con los brazos aún temblorosos maxwell acunó a María contra su pecho, apretaba los dientes y trataba con todas sus fuerzas no llorar. Hubo un breve segundo en el cuál levantó levemente la mirada solo para ver a la destrozada en lágrimas Ana y bajo la cabeza con vergüenza.
No podía mirarla de frente, cuando ni siquiera pudo proteger a María.
"Jajajajajaja." Marcus se rió al verlo en tal estado. " Eso te pasa por interferir con mis planes, aunque tengo que admitir que no pensé que fueras tú quien más problemas me causaras." Marcus tosió un poco antes de levantarse apoyándose de la pared y agarrando un costado de su cuerpo.
"Cállate." Respondió maxwell.
"Pero en serio. ¿no creerás que intente apoderarme de la familia con unos miseros guardias? ¿verdad?" Marcus se rió de nuevo mientras hacia caso omiso a sus palabras.
"¡¡Te dije que te callarás!!" Maxwell levantó el brazo y lo señaló. Acto seguido un rayo de electricidad muy grueso destello a gran velocidad en su dirección.
Pero segundos antes de impactar en él, fue detenido por un grueso escudo de hielo que apareció de la nada.
Pasos se escucharon a lo lejos, para momentos después aparecer un gran grupo de personas en el comedor. Todos con una armadura de placas de cuerpo entero cubriéndolos. Lo que llamó inmediatamente la atención de maxwell fue el escudo grabado en ellas, un pez azul flotando por encima de aguas azules y un cielo despejado.
¡¡Lawather!!
Como para confirmar sus sospechas varios hombres finamente vestidos caminaron lenta y pomposamente al comedor.
"Hola chico." Julian sonrió. "Nos volvemos a ver."
El viejo lawather no llegó sólo, con el venían alrededor de 20 guardias completamente armados y unos 10 caballeros.
¡¡Caballeros!!
Este no era un término que cualquiera pudiera utilizar, solo aquellos descendientes nobles que a su vez no tenían esperanzas de heredar un territorio a la vez que eran muy fuertes por cuenta propia podían alzar este título.
"¿Que no piensas decir nada?" Gritó un joven larguirucho al lado de Julian con claro regodeo en su voz. Uno de sus brazos y piernas le faltaba y solo se podía sostener con la ayuda de una muleta, pero aún miraba a maxwell con felicidad. "Ya te lo habíamos dicho ¿no? Los lawather siempre recordamos."
El joven era geremias que hace ya un tiempo maxwell había lisiado. Pero sus palabras parecían quedar en oídos sordos, maxwell no presto atención a sus gritos y colocó suavemente a María en el suelo. Sus piernas cedieron un poco al tratar de levantarse y caminó al lado del cuerpo de uno de los guardias que había asesinado. Cada uno de los movimientos de maxwell fueron lentos e inofensivos pero eso no hizo que nadie bajará la guardia, no ante tal monstruo.
Cuando maxwell se agachó para agarrar una espada que estaba en el suelo y la desenvaino a la altura de sus ojos, todos se dieron cuenta que habían cometido un grave error.
¡¡El error de enfurecer a una bestia!!
No hubo palabra, grito o una advertencia antes de que Julián sintiera como un rayo paso a su lado lo que le erizo el cabello por la estática. Su reacción más instintiva en el momento fue crear una armadura de hielo de cuerpo entero para defenderse, adicional a eso retiro el escudo de hielo con el que defendía a Marcus y lo uso para defenderse a si mismo.
Solo bastó un segundo para que Julián escuchará el sonido de metal chocando contra metal y una gran fuerza lo empujara hacia atrás.
Con el corazón latiendo a mil por hora retrocedió lo más que podía y levantó la cabeza para ver qué había pasado exactamente.
Lo que vio lo conmocionó profundamente. La cabeza de geremias todavía daba vueltas por el aire junto con uno de los brazos de Marcus que chillaba del dolor en el suelo y un niño bañado en rayos de color azul mirándolo fría y profundamente.
Julián tragó saliva con miedo pero al segundo siguiente desató su magia en toda su extensión. El suelo de la habitación se cubrieron con un fino hielo y varias espadas de hielo se formaron a su alrededor.
"¡¡Ataque lo con todo lo que tienen!! No se dejen engañar por su apariencia de niño, es más peligroso que cualquier enemigo con el que hayamos peleado antes." Gritó mientras reforzaba su armadura de hielo con varias capas más por precaución.
Maxwell escaneó con frialdad la habitación y miró a las pocas personas de su familia que aún estaban vivas.
"¡¡Huyan!!" Fue lo único que pudo decir antes de sentir como varios caballeros desataron su magia en su dirección. Activando su [velocidad del relámpago] maxwell pudo ver con claridad como espigas de piedras se levantaban en su dirección, saltó como acto instintivo pero el en aire lo recibieron varias bolas de fuego y látigos de agua. Estando en el aire y sin poder esquivar maxwell recibió el ataque de lleno, lo que lo mando a chocar contra la pared.
Con un dolor de espaldas muy severo y con varias quemaduras en sus brazos maxwell se levantó y ante las miradas aún expectantes de sus enemigos corrió como un loco en dirección de Julián, levantó su espada y la bajo con inmensa irá esperando dividir a ese viejo molesto en dos. Pero su espada choco contra la robusta armadura que esté había creado alrededor de su cuerpo.
Los ojos de maxwell se abrieron muy sorprendido, nunca espero que la armadura de hielo fuese tan resistente. La velocidad con la que se movía maxwell era tan grande que cualquier cosa que chocará con su espada debería de dividirse a la mitad así como la cabeza de geremias se separó de su cuerpo, todo se sintió como si cortará mantequilla con un cuchillo caliente, maxwell prácticamente no sintió resistencia al igual que el brazo de Marcus.
Para empeorar las cosas la espada salió volando de la mano de maxwell no sin antes dejarle una gran herida sangrante y un brazo totalmente entumecido. Con la velocidad que llevaba además, maxwell se deslizó por la fina capa de hielo hasta estrellarse con la pared en el otro lado.
Cuando maxwell levantó la cabeza vio como decenas de espadas de hielo, bolas de fuego, latidos de agua e incluso un torbellino de viento se dirigían en su dirección, eso sin contar que el suelo dónde se encontraba empezaba lentamente a deformarse.
¿Acaso voy a morir así?