—Buena suerte con tu examen.
Un soldado de repente se dio la vuelta para darle a Gao Peng algunas palabras de aliento.
La cara de Gao Peng se puso en blanco. Luego, su rostro se suavizó y dijo: —Gracias.
Boba, la Medusa de Espíritu de Madera, agitó sus tentáculos al soldado. Voló hacia él de manera amistosa, queriendo darle una recompensa.
—Es suficiente. No necesitas saludarlo, estás aquí como un transeúnte que está comprando salsa de soya —dijo Gao Peng.
Retiró a Boba con calma, ella estaba emocionada
Boba se sintió ofendida. Gao Peng siguió escuchando a Boba protestar: Yo no como, ¡no como salsa de soya!
—Sé que no comes salsa de soya, acabo de decir que estás comprando salsa de soya.
Boba dejó de moverse de repente. Luego, se enojó y se colocó sobre la cabeza de Gao Peng, lo cual hacía cada vez que se enojaba.