Noche.
El océano negro de tono profundo estaba rugiendo, los vientos aullaban y todo estaba oscuro. ¡Y por encima del océano, el enemigo más grande y más terrorífico de la humanidad, el monstruo devorador, estaba enfrentándose a los dos guerreros más grandes de la humanidad, Hong y Dios de Trueno!
¡Retumbaba! ¡Retumbaba!
En un instante, Hong y Dios del Trueno ya habían comenzado a utilizar la técnica más poderosa dispuesta para luchadores con dominios. Si no tuvieran sus propios dominios, no tendrían manera de utilizar tal habilidad.
El cuerpo entero de Hong, incluida esa lanza, en un instante, estaba envuelto en una luz negra.
Dios de Trueno estaba envuelto en una luz verde parecido a una serpiente.
—Jaja —Dios del Trueno rio a carcajadas.
—Jaja —Hong también se rio.
¡Xiu! ¡Xiu!