章 16: 15. Ella
Un día estábamos todos en la playa charlando de cómo pasar la tarde, cuando vi como una chica se acercaba a nosotros. Todos la miramos y Daniel se puso de pie diciendo:
-Hola Sara, ¿Cómo estás? No te he visto desde hace mucho. ¿Cómo te va?- Todos estábamos callados y mirándola, ella riéndose le respondió con coquetería:
-Estoy bien, acabo de llegar hace nada y solo me quedare una semana. Es cierto que no nos hemos visto, te he echado mucho de menos.- le estaba acariciando el brazo mientras decía:- Me hacían tanta falta tus besos y caricias que no sé cómo he sobrevivido sin ti.- Todos se giraron hacia Daniel que estaba atónito con la respuesta, se aclaró la garganta y dijo:
-Bueno eso no se puede solucionar, tengo novia y tú y yo rompimos hace bastante. No me creo que no tengas novio, no puede ser que aún me eches de menos.- La tal Sara miro a Gina y señalándola le dijo:
-¿Es esta? No es fea lo reconozco pero no es tu estilo, ¿seguro que no quieres repetir? Estoy dispuesta para cuando quieras, sé que eres un chico increíble en la cama.- Eso me dolió, me levante y me puse al lado de Daniel mientras me aferraba a su mano, los demás se quedaron mirándonos. Daniel con cautela me dijo bajito:
-Emily eso fue hace mucho y no es cierto eso de la cama, nunca me he acostado con ninguna de mis ex novias ni con ninguna chica. Debes creerme, no soy ese tipo de chico para mí el sexo es algo más valioso que nada. Solo me acostaría con una chica que fuera muy valiosa para mí y que la quisiera como nunca he querido a nadie.- Me cogió las manos y me abrazo, la tal Sara se quedó de piedra. Después con una risa un tanto escandalosa dijo:
-¡No me lo puedo creer! ¿Ahora te lo montas con crías? ¡Venga ya! Eres todo un machote y estas con una niña, esto no lo creo.-Cogió el brazo de Daniel y tiro con ganas, apartándole de mí. Daniel se soltó y le dijo:
-¡Ya basta, Sara! Esto me cabrea, afróntalo nunca volveré contigo, así que olvídame. Emily es mi novia y si no te gusta te aguantas, búscate a un tonto que te siga como un perrito.- Dicho esto me cogió de la mano y me llevo a su casa, todos nos siguieron. Adam cogió mi toalla y la de Daniel, mientras caminábamos me miraba y me hacia una burla de la cara que se le había quedado a la tal Sara. En su casa nos sentamos en la escalera y hablamos sobre el tema. Resulto ser que Sara era una exnovia de Daniel, solo habían estado saliendo 3 meses y que ella se había hecho muchas ilusiones pero que para él fue una pérdida de tiempo. Lo único que hacían era besarse y enrollarse en las discotecas, no tenían nada en común y tampoco tenían el tipo de relación que normalmente tienen las parejas. Siempre estaban discutiendo y solo se hablaban delante de los demás, o se enrollaban por aburrimiento.
Intente que no se me notara que estaba un poco preocupada, sabiendo que estaría una semana por allí me hacía sentir intranquila. Mi corazón me repetía que Daniel le había dejado bien clarito que no quería nada con ella pero mi mente me jugaba malas pasadas. Haciéndome pensar en ella y Daniel juntos, eso me recordó al día de la discoteca.
Daniel al verme seria me llevo a un lado y me dijo:
-¡Emi, por favor! ¡No lo pienses!- Le mire y casi llorando le dije:
-Soy una tonta, ¿verdad? Pero lo que ha dicho me ha recordado el día que te vi en la discoteca besándote con aquella chica. Eso es como una espinita que tengo ahí metida pero espero que se me pase pronto.- Daniel me miraba con cara triste, sabía que ese error le costaría muy caro, que siempre dudaría un poco de él pero se dijo que no volvería a ocurrir. Me beso con gran intensidad y me dijo:
-Nunca he querido a nadie como te quiero a ti, siempre serás mi Emi. Desde que te vi por primera vez mi corazón no me ha dejado pensar en nadie más que tú.- Nos miramos y le dije un tanto avergonzada:
-A mí me paso lo mismo, cuando entraste por aquella puerta mi corazón casi se me salió. Fue como un flechazo, tu hermana se rio de mi porque decía que todas caían a tus pies pero para mí fue increíble.- Daniel riéndose dijo que no todas las chicas caían a sus pies, que solo era una mentira de su hermana. A la hora Adam me llamo y nos fuimos a casa en silencio.
Esa tarde no tenía ganas de salir pero como habíamos quedado en casa de Gina no tenía escusa. Adam me llamo y nos fuimos los dos solos mi tía había castigado a mi prima por una tontería o eso creía. Cuando llegamos me encontré con Sara, estaba intentando algo con Daniel pero el parecía un tanto cansado y sorprendido. Iba a llamarle cuando sin previo aviso se besaron, Adam se quedó mudo y yo salí corriendo hacia la puerta. Oí como Adam le gritaba a Daniel:
-¡Tío! ¿Qué es esto?- Después de eso salió corriendo detrás de mí, me alcanzo cuando llegue a una senda que solo conocíamos él y yo. Era nuestro escondite secreto, donde íbamos de pequeños a jugar cuando no queríamos estar con los demás o cuando necesitábamos estar solos.
Cuando me senté en el tronco que usábamos de banco, las lágrimas no cesaban estaban saliendo sin control. Me dolía mucho el pecho y no sabía cómo explicarle a Adam como me sentía. Adam me abrazo y me dijo:
-Tranquila, seguro que hay una explicación razonable para esto. No puede ser tan cabrón, le conozco algo como para saber que no lo haría a posta.- Le mire sorprendida y le dije a base de casi gritos:
-¿Cómo me explicas que este besando a otra? Nada más y nada menos que su ex, dime que me quiere y que esto no ha pasado si te atreves.- Adam levanto las manos como si le estuvieran atracando, me dijo nervioso por verme así:
-Espérame aquí iré a ver qué es lo que ha pasado, tu tranquila nunca le diré donde encontrarte hasta que este seguro de que te quiere. Tú sabes que no te miento, espera a que vuelva e intenta calmarte.- Se levantó y se fue, yo continué llorando como una niña, me sentía pisoteada, destrozada y lo más importante de todo traicionada. No podía creer que esto me pasara a mí, que había hecho yo para merecerlo y ahora sí que tenía derecho a enojarme, era su novia o eso pensaba yo.
Estuve sola durante una hora, al rato se escucharon pasos, me limpie la cara con la camiseta y mire. Adam venia solo, me miraba con ojos suplicantes y dijo:
-Emily, perdóname por lo que voy a decirte pero creo que no te va a gustar.- Al verme inquieta siguió diciendo:
-Le dije a Daniel que lo habíamos visto y la tal Sara se me abalanzo diciendo que yo no era nadie para juzgarles. Daniel estaba callado, no dijo nada y esa estaba aún más pegada a él si era posible. Lo que más me sorprende es que Daniel no se defendiera, que no me explicara que estaba pasando. No creo que esto se arregle tan fácilmente pero creo que Daniel piensa que confías en él más de lo que puedo creer. Por ello creo que tú eres la única que puede pedirle explicaciones sobre lo que ha pasado hoy. Si tú quieres yo estaré contigo y no os dejare solos, así que tú decides.- Estaba cansada y quería irme a casa, así que nos fuimos a casa, el móvil de Adam sonó. Adam contesto y resulto que era María diciendo que Daniel nos estaba buscando. Dijo que estaba destrozado por lo que había pasado, que no paraba de suplicar ayuda a los demás pero que nadie le ayudaba. Simplemente le decían que solo Adam podía ayudarle, así que ahora estaba suplicándole a Adam por Daniel. Oí como Adam le decía:
-María sabes que entiendo lo que me pides pero no puedo hacer eso, tu hermano ha cometido un error muy grave. Creo que sabes de sobra cuanto de grave es, además Emily necesita un poco de espacio ha sido un duro golpe. Entiende que ahora no quiera verlo, quizás mañana la convenza para que hablen pero yo estaré delante díselo a Daniel.- María dijo un vale triste y colgó, Adam me miraba preguntándome en silencio pero yo me negué a ir a verlo, nos fuimos a casa en silencio, Adam no dijo nada, sabia que necesitaba pensar en lo sucedido.
Esa noche fingí un dolor de cabeza fuerte y me acosté pronto, mi madre me había visto bastante mal así que no dijo nada y me dio una pastilla. Me pase casi toda la noche llorando, no sabía cómo afrontar el día que me esperaba la mañana siguiente. Mi móvil no dejaba de sonar, las llamadas eran de Daniel y de María, no tuve el valor de cogerlo, aunque tampoco quería apagarlo. Necesitaba saber que Daniel quería hablar conmigo y que no se rendía.
Adam paso varios días intentando convencerme para que hablara con Daniel pero el intento fue en vano. No iba a la playa ni salía con los demás, solo llego a convencerme cuando un día me dijo suplicante:
-¡Ven! Mírale y después decide.- Era la hora de estar en la playa pero Daniel estaba con la toalla en la cintura sentado en la escalera. No tenía buena cara, me fije en como María le decía:
-Te perdonara, estoy segura, Emily no es una chica rencorosa dale tiempo. Yo se que ella te quiere mucho pero entiende que lo que vio le dolió mucho y que ahora necesita tiempo para darse cuenta de que no fue culpa tuya.- Daniel tenia ahora la cara metida entre las manos mientras le decía apenado a su hermana:
-No creo que me perdone, esto me mata, para una vez que realmente me gusta una chica de verdad, me pasa esto. Soy horrible, ¿cómo le pedí que confiara en mí para después hacer eso?- Me dolió verle así su voz sonaba como a llanto, María le dijo:
-No fue tu culpa, tú a esa le dejaste las cosas claras pero como vio que la única forma de estar contigo era que rompierais se la jugo. Ahora no tienes que caer, tienes que ser fuerte sabes que te quiere mucho, recuérdalo.- María le dijo mientras se levantaba al ver que seguía igual:
-Necesitas estar solo, voy a por un poco de agua, deberías entrar y cambiarte necesitas dormir un poco. Llevas varios días sin dormir bien y estas sensible, me duele verte así, ¡Jo! ¡No es justo!- Cuando María entro en su casa mire a Daniel, seguía con la cara entre las manos, parecía estar llorando. Mire a Adam y le dije aun apenada, sentía mi corazón como si lo estuvieran comprimiendo:
-Creo que voy a hablar con él, lo necesito ¿te vienes?- Adam dijo que sería como mi sombra y nos pusimos en camino. Daniel no se dio cuenta de que estábamos delante de él hasta que le toque la cabeza. Cuando levanto la mirada se confirmó que estaba llorando, al verme se le ilumino la cara. Iba a levantarse pero no le deje simplemente le dije:
-Quiero que estés sentado, así estaremos casi a la misma altura- Me arrodille en uno de los peldaños muy cerca de él, le abrace y le dije intentando parecer calmada:
- Dani ¿Qué paso? Dímelo, necesito saberlo.-Daniel me cogía de la cintura y había puesto su cara en mi hombro, con voz suave y penosa dijo:
-Fue ella, no me lo esperaba pero es cierto que podría haberla esquivado pero me pilló de sorpresa. Hacia unos segundos me había abofeteado por mandarla al carajo, no sé porque Gina la había invitado pero desde luego se lució. Es mi culpa Emily, tuve que haber ido a buscarte así no habría pasado nada pero le hice caso a Gina y fui directo a su casa. Soy un estúpido, por favor no me dejes, sé que ahora mismo soy el peor chico del mundo pero no quiero perderte.- En mi mente solo se me quedo una cosa Gina era la cómplice de mi enemiga, eso tenía que cambiar. Como estaba callada Daniel levanto la cabeza y me dijo apenado:
-¿Me podrás perdonar algún día? ¿Aun sientes algo por mí?- Le mire y le dije poco a poco mientras le abrazaba muy fuerte:
-Dani te quiero, me duele todo esto pero no puedo cambiar lo que siento. Solo sé que no puedo quedarme de brazos cruzados llorando como una niña mientras una golfa me intenta quitar a mi chico y encima de malas formas.- Daniel me miraba sorprendido y dijo:
-¿Me vas a perdonar?- Asentí con la cabeza y le bese, Daniel estaba eufórico, cuando María salió y nos vio besándonos se alegró mucho, Adam silbo y dijo:
-¡De acuerdo! ¡Vamos a ser malos! Dime el plan y quedaremos con los demás para llevarlo a cabo. Sé que puedes llegar a ser el peor enemigo que alguien pueda tener. Cuando quieres ser mala aquí todos tiemblan, así que todos estamos contigo.- Esa tarde hubo una reunión de venganza, solo estábamos Daniel, María, Adam, Lili, John, Peter y yo. Los demás eran demasiado chismosos para guardar el secreto, además alguien tenía que entretener a Gina.
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