*¡Pa!*
Cuando la moneda de oro volvió a su palma, Klein ni siquiera se molestó en mirar si era cara o cruz. En su mente solo estaba fija una escena particular:
En medio del bosque, las nubes en lo alto del cielo no lograban ocultar por completo las estrellas que alumbran el aterciopelado cielo negro. Los zumbidos, chasquidos y sonidos de los insectos se extendían a lo largo de la noche, mezclados con los estruendos de las dos "explosiones" en el predio de la Mansión Alce.
Utilizando a gren velocidad su conocimiento de astromancia, Klein midió aproximadamente la ubicación exacta de la escena. Luego su cuerpo desapareció, reapareciendo junto a Enuni para agarrarlo del hombro.
Durante ese proceso, Klein recogió los gusanos transparentes que había implantado en las ratas e insectos varios para luego cortar la conexión de sus Hilos del Cuerpo Espiritual.