Cattleya se controló a sí misma para no mirar a El Mundo Gehrman. Dijo con voz profunda y lenta: —Al Noreste del Archipiélago de Gargas, hay una ruta marítima segura que permite ingresar a esas aguas peligrosas...
Inició su descripción con el profundo abismo que separaba los mares, el carro solar al cual no se podía mirar directamente, la noche que obligatoriamente requería dormir, los terroríficos desvaríos que poblaban todo el mar y la sombra de la Corte del Rey Gigante que se encontraba en el pico de la montaña opuesta dentro del mundo de los sueños.
Durante ese proceso, no mencionó a Gehrman Sparrow en lo absoluto, evitando deliberadamente cualquier alusión que lo incluyera. En cuanto a las anormalidades que ocurrieron en el camino, las describió simplemente, como el aura remanente de la Madre Tierra que causó que el cabello de la tripulación creciera rápidamente.