—Si ella es tan arrogante ¿no ofendería a la gente fácilmente? —Nian Xiaomu se sorprendió y se quedó muda momentáneamente al escuchar lo que había dicho Tan Bengbeng.
Dentro de la industria del entretenimiento, ni si quiera los mejores actores y actrices se atrevían a ser tan desvergonzados.
Para una modelo que recién hacía su debut, ¡sin duda Shangxin estaba cavando su propia tumba con su manera de ser!
—Ella sí ha ofendido a mucha gente. Es por ello que cuando ella comenzó al principio y, sin ser tan popular como ahora, hubo un gran jefe dentro de la industria que no soportó su actitud altanera. Él insistió en invitarle una comida para obligarla a convertirse en la representante de sus productos.
Tan Bengbeng cruzó sus brazos, mientras en sus labios se formaba una sonrisa cínica.