Todos sentían temor ante al antiguo Mago Celestial, Baiers, no podían deshacerse de ese miedo que venía de las profundidades de sus almas.
Ya habían visto el poder de Baiers en el Cañón Línea cuando este había matado a esas espantosas bestias mágicas de nivel treinta y siete y treinta y ocho en pocos segundos.
¿Qué pasaría con ellos?
―Espera... ¡Él no ha ingresado por completo! ―Dean miraba hacia la entrada en estado de aturdimiento. Allí parecía haber una fuerza misteriosa que se retorcía y restringía por completo las puertas. No importaba lo mucho que luchara, Baiers no podía introducir ni la mitad de su cuerpo.