章 7: Capítulo 6: "El Vuelo del Dragón"
Aeryn, después de cumplir cinco años, comenzó a hacer preguntas cada vez más persistentes para saciar su curiosidad y paranoia. Al enterarse de que había nacido en la antigua Valyria, su mente inquisitiva no podía dejar de buscar respuestas. Sin embargo, sus padres, conscientes de su corta edad, temían confundirlo con las complejidades del mundo exterior y le daban solo información limitada.
Finalmente, a los seis años, Aeryn obtuvo el permiso para salir de casa bajo la atenta mirada de sus padres. A menudo acompañaba a su padre mientras este se ponía una hermosa armadura, escuchando atentamente las historias de los dragones que servían al señor Drakaros, miembro de la poderosa familia Myrion y gobernante de su territorio en Valyria. Aeryn aprendió que su pequeña casa estaba a tan solo diez minutos de la mansión del señor Drakaros.
Su padre le contó que Lord Drakaros, un hombre de cincuenta años, tenía una esposa que también era tía de Aeryn, siendo la hermana menor de su propio padre, y cuatro hijos. El primogénito se llamaba Aemon Myrion, de treinta años; el segundo hijo, Valerius Myrion, tenía veinticinco años; el tercero, Corvus Myrion, contaba con quince años; y la más joven de sus hijas, Elara Myrion, tenía diez años.
A medida que Aeryn crecía, su fascinación por los dragones se intensificaba. Finalmente, al cumplir diez años, tuvo la oportunidad de presenciar el vuelo de un dragón por primera vez.
El cielo se iluminó con el fulgor del fuego mientras el dragón surcaba los aires. Sus escamas rojisas brillaban bajo los rayos del sol, creando un espectáculo cautivador. Aeryn se sentía hipnotizado por la magnificencia de la bestia alada, cuya figura imponente parecía dominar los cielos.
En ese momento, Aeryn experimentó una mezcla de fascinación y asombro. Nunca antes había presenciado algo tan majestuoso y poderoso. El ruido ensordecedor de las alas del dragón y su rugido retumbante reverberaron en su pecho, haciendo eco en su interior.
Fijó sus ojos en el dragón mientras volaba en círculos, como si danzara en el firmamento. Sus movimientos gráciles y precisos dejaron a Aeryn sin aliento. Era como si el mundo se detuviera en ese instante, y solo existiera él y la criatura legendaria que surcaba los cielos.
Aeryn se prometió a sí mismo que algún día volaría como aquel dragón, que dominaría los cielos con la misma gracia y poder. Ese encuentro despertó en él una pasión y un deseo ardiente de explorar el mundo más allá de su pequeña casa, de conocer más sobre los dragones y su conexión con la antigua Valyria.
Aquella imagen del dragón quedó grabada en la mente de Aeryn, alimentando su sed de conocimiento y avivando su determinación. Sabía que había mucho por descubrir y aprender, y que el camino hacia la grandeza no sería fácil.
Con el tiempo, Aeryn se adentraría en un viaje lleno de desafíos y descubrimientos, donde la magia y el misterio se entrelazarían en su camino. El encuentro con aquel dragón había sido solo el comienzo de su destino extraordinario.
La visión del dragón despertó en Aeryn un deseo aún más profundo de conocer y comprender la historia y los secretos de Valyria. Su búsqueda de conocimiento se volvió más apremiante, impulsándolo a explorar su herencia y descubrir su lugar en el mundo de los dragones y los poderes antiguos.
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