Con Abby eligiendo la Academia Abismo Sagrado, los mentores de las otras academias perdieron la esperanza y no tuvieron más remedio que reclutar a otros estudiantes.
Naturalmente, los beneficios ofrecidos se redujeron significativamente en comparación con lo que se había prometido inicialmente.
Muchos estudiantes murmuraron para sus adentros sobre este giro de los acontecimientos.
Tristemente, sus voces tenían poco peso y se vieron obligados a soportar en silencio sus destinos.
La ceremonia de inscripción se llevó a cabo de manera ordenada, sin repetir la acalorada competencia mentor-estudiante que había marcado el reclutamiento de Howard.
La situación única de Howard se convirtió en legendaria, haciéndolo objeto de envidia para todos los estudiantes varones.
Sin embargo, aquellos estudiantes que habían mejorado bajo la guía de Howard no sentían ningún celo.