Kat y Kamiko rápidamente establecieron un sistema sencillo para probar objetos con los conocimientos que habían adquirido en su primer día. El comienzo era hacer lo obvio, lo que fuera que eso significase. Mover espadas, golpear cosas con bastones, vestir las varias prendas de ropa o canalizar energía en el objeto si no había otra cosa obvia por hacer.
Si ninguna de esas acciones daba resultado, pasarían a la segunda ronda de pruebas. Esto implicaba decir varias palabras esperando acertar con una frase clave común, buscar interruptores ocultos para activar cosas, o, para disgusto de Kamiko, golpear específicamente a Kat con el objeto en cuestión por si solo podía activarse con objetivos vivos.