La inacción sospechosa de la gente bestia se había convertido en algo más que una mera coincidencia en ese punto. Era evidente que esperaban que algo sucediera, y esta realización envió ondas de inquietud a través de todos los cuerpos. Al llegar a sus oídos la noticia de que la gente mágica marchaba hacia su territorio, se hizo una conexión colectiva de los puntos...
Quedó claro que alguien, un titiritero detrás de bambalinas, estaba orquestando una campaña deliberada para provocar la caída del reino humano. La sensación de estar atrapados en una trama grande e intrincada era inquietante y molesta, y planteaba preguntas sobre la identidad y los motivos de este titiritero. El juego se había vuelto más complejo y las apuestas habían aumentado significativamente.
—... ¿Dónde están? —preguntó Rain.