Luego del choque inicial en el campo de batalla, se desencadenó una feroz persecución. Los soldados humanos, animados por su nuevo impulso y reforzados por las fuerzas conjuntas de mercenarios, guardias reales y líderes hábiles como Branden, Cor y Revan, persiguieron implacablemente a los enemigos hechiceros en retirada. La sorpresa y confusión iniciales entre las filas enemigas se habían convertido en una derrota mientras su coordinación se derrumbaba bajo la presión del asalto humano.
Al principio, los enemigos hechiceros intentaron reagruparse y establecer una posición defensiva en su campamento. Trataron de mantener su terreno, usando sus habilidades mágicas para repeler a las fuerzas humanas perseguidoras. Pero las mareas habían cambiado de manera irrevocable. Los soldados humanos lucharon con una determinación feroz alimentada por la memoria de sus camaradas caídos, el deseo de proteger a sus seres queridos, y el sabor de la victoria en el campo de batalla.