Estas personas poseían habilidades sin parangón y emitían auras que desafiaban la comprensión convencional. Su fuerza y capacidades se remontaban a los días de sus ancestros semi-humanos, lo que hacía que sus poderes fueran verdaderamente excepcionales y lejos de lo ordinario.
—Sal, eres pésimo ocultando tu presencia —dijo Rain.
—¿Desde cuándo te diste cuenta? —El emperador del mar salió lentamente del océano y luego preguntó.
—Desde que comenzaste a controlar las olas para que dejen de hacer ruido —dijo Rain—. Aun así, esperaba a Seadir y no a ti.
—Él está ocupado guardando el canal de agua, y sentí tu presencia y otra sospechosa... aún así, ustedes humanos siguen alimentando mi ira —dijo Seadir, y su aura tornó la atmósfera mucho más oscura y amenazante—. Ustedes humanos usaron a mis hermanos para crear a estas personas.
—Creo que no deberías meternos a todos en el mismo saco —dijo Rain—. Además, parece que tenemos asuntos mucho más urgentes que lidiar con tu ira sin resolver.