—Ugh, ¿también puedes patear? —preguntó Jori mientras Terra lo estaba curando—. Entonces, ¿por qué no proteges también tus rodillas?
—Es una buena manera de tomar desprevenidos a los demás —dijo Rain—. Nunca esperarán ese tipo de ataque. Aún así, ¿querías ser golpeado de esa manera? Me sorprende.
En realidad, Rain actuó por instinto. No estaba acostumbrado a usar patadas aún y había decidido también concentrarse en los puñetazos. No obstante, su posición en ese momento solo le permitió apuntar a Jori con una patada lateral y, como estaba demasiado cerca, terminó recibiendo un golpe de rodilla en el estómago.
—La próxima vez no me tomarán desprevenido —dijo Jori, y luego se levantó.
—¿Todavía quieres seguir? —preguntó Rain.
—Claro, tenemos un montón de tiempo que matar —respondió Jori.