Reca adoptó rápidamente una postura de combate, tensando sus músculos mientras se preparaba para el siguiente intercambio. Pero lo que distinguía este momento era su estado mental. En medio de la intensa batalla, logró despejar su mente de toda distracción y pensamientos inútiles.
Sus rutinas de entrenamiento habituales siempre habían girado en torno a lograr su rendimiento máximo enfocándose sólo en la acción de lanzar su lanza, dejando que su cuerpo se moviera instintivamente y sin pensar en nada más. Pero en una batalla real, el caos y la presión a menudo hacían que fuera difícil mantener ese nivel de claridad mental. Sin embargo, en este momento crucial, tenía que hacerlo más que nunca.
La determinación de Reca para sobresalir en esta lucha la impulsó a encontrar esa serenidad mental en medio del caos, lo que le permitió traer su mejor rendimiento a la batalla.