Regresé con Allan, y dejé a varios empleados custodiando el lugar.
—Ya el trabajo está hecho—le dije, a lo que se acercó.
Se veía molesto y creo saber la razón.
—¿Quiénes eran esas chicas?— preguntó, mientras que dos de sus hombres se pararon en la puerta.
—Dos chicas que no tenían que ver con nosotros ni con el plan.
—¿Me ves cara de pendejo? Ya me contaron todo. ¿Qué estás ocultando, Alma? Haré la pregunta de nuevo, ¿Quiénes eran esas mujeres?
¿Cómo demonios le explico, sin meter a Daisy en esto?
—Ya lo dije, señor. Eran dos mujeres ajenas al negocio e inocentes, que estaban en el lugar equivocado, en el momento menos oportuno. Nuestras órdenes fueron claras, es por eso que las dejé ir— me dio un puño en la cara, y me tapé.
—¿Estás defendiendo a tu mujer?
Por su pregunta, era más que evidente que ya sabía la verdad.
—Me contaron que está unida a una banda criminal, de matones para ser exactos.
—¿Qué dijo?
—¿Qué hacía esa mujer ahí? Dijiste que no tenías contacto con ella, y te encontraste con ella hoy. El día que estuvimos en el casino, me informaron que estabas con una mujer, ¿Era ella? — me quedé en silencio—. Si me dices la verdad, no voy a molestarme, pero no te atrevas a seguirme mintiendo, Alma.
—No la veía desde el día que me secuestraron junto a Kwan y su mujer, ya le dije que no era capaz de reencontrarme con ella, ni siquiera sabía en lo que estaba metida.
—Eres inteligente para unas cosas, pero para otras eres pendejo. Todos mis empleados reconocieron la insignia que tenía ella en el casco, ¿Y me dirás que tú no?
—No, no sabía sobre eso. Hace tiempo no la veo, y me estuvo raro que estuviera ahí.
—No tengo problemas con que te encuentres con ella, si hubiera sido una mujer común, pero saber que pertenece a esa banda criminal llamada Escorpión rojo, no puedo dejar que lo hagas. No sabía que estaban en bandos contrarios. Tu abandono parece que la hizo cambiar.
Me estaba molestando su sarcasmo, pero tenía que contenerme.
—Yo realmente no lo sabía, lo menos que quiero es tener problemas; al final de cuentas, nuestra relación se acabó hace tiempo y lo que haga ella con su vida, no debe ser mi problema, señor— pero me duele, me duele más de lo que pensé que dolería.
—Te lo pasaré por alto esta vez, porque hasta ahora no había tenido problemas contigo, pero espero no haya una próxima vez. Olvídate de esa chica, ya escogió un camino en el cual no hay retorno, y tú también escogiste el tuyo— eso jamás lo haré.
—Lo siento, señor— bajé la cabeza—, nunca más le causaré problemas.
—Ya habiendo aclarado esto, supongo que estamos bien— llevó su mano a mi hombro—. Espero no tener que repetir esto nunca más, porque realmente sería una lástima que un hombre como tú, se deje llevar por algo tan simple, arriesgando su pellejo y todo lo que ha ganado. No me gustaría tener que matarte, así que sé obediente como hasta ahora, y espero no vuelvas a acercarte a esa mujer. Primera y última advertencia— salió de la habitación, y le di una patada a la silla.
¿Qué has pasado durante este tiempo, Daisy? ¿Qué te llevó a esto? ¿En qué te convirtieron, chiquita? Tengo que encontrarte, tengo que sacarte de ahí.
Llamé a mi amigo para que averiguara sobre esa banda. El líder debe ser quien la tiene. Allan conoce sobre esa banda también, puede que él también tenga información que me ayude a dar con ella. Debo andar con cuidado ahora más que nunca. Akira también me puede ayudar en esto.
Tres días después:
—El líder se llama Sebastián, mejor conocido como Escorpión rojo. Está a cargo de otra banda llamada Venom, que también están en conjunto con la antes mencionada. Tiene más de 50 miembros, alrededor de Nueva York, y Arkansas.
—¿Nueva York?
—Sí, es donde opera.
—¿Será que él la conocía de antes?
—Puede ser una probabilidad.
—Eso puede explicar varias cosas. ¿Tienes fotos del sujeto?
—En todas aparece con un casco de motora, su apariencia no ha sido revelada. Lo único que pude encontrar fue sus antecedentes por el nombre, pero no tengo nada concreto.
—Encuéntralo, debo dar con ese cabrón.
—Lo haré, Alma. Cuenta con eso— colgué la llamada.
Luego de atender esa llamada, tuve que encargarme de otros negocios de Allan.
Estuve pensando y pensando, buscando la forma de conectar todo y sacar una conclusión, pero todo era muy confuso. Esto me está matando. Ella no debe estar pasándola bien, su actitud lo comprueba. Solo espero que aún quede algo de esa Daisy que conocí.
En la noche:
Recibí una llamada de mi amigo, y a esa hora me estuvo muy raro.
—¿Qué sucede? — pregunté.
—Es tu mujer. Acaba de regresar al mismo lugar donde la viste, y está acompañada de otra chica. Llegó hace unos cinco minutos, debes darte prisa si quieres ir a buscarla.
—Gracias—colgué la llamada, y fui a la camioneta sin pensarlo dos veces.
Está vez no te vas a escapar de mi, Daisy.