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40% Plants Vs Zombies The Lawn Of The Death / Chapter 1: Nueva Maceta

章 1: Nueva Maceta

Una camioneta de campo sube las empinadas carreteras de los montes de un pequeño vecindario en medio de la nada. La camioneta no es para nada común, casi ni se nota su color rojo por la cantidad exuberante de cosas que tiene encima, desde satélites y antenas hasta una trompeta y una tabla de surf, incluso algún trozo de pizza o gnomo de jardín colgados de los innumerables cables. La placa trasera tiene escrito el nombre "Penny".

Como si fuera poco, el conductor es casi tan extraño como el mismo automóvil, Es un tipo gordo, castaño y con una gran barba que podría esconder casi cualquier cosa detrás de ella, usa una camisa blanca de tres botones y mangas cortas, Jeans gastados y sucios sujetos con una correa a medio poner y lo más extraño de todo, cubre su cabello con un sartén al revés. A pesar de sus ojos saltones, este si que es un humano vivo, o bueno, lo parece. Mientras conduce, se agitan los dados colgantes del espejo retrovisor y también algunas cerezas que cuelgan de donde sea que puedan colgarse, ¿Por qué colgaría cerezas dentro de su camioneta? Ni él lo sabe. De cualquier forma, se detiene justo delante de una pequeña tiendecilla alejada del vecindario que da una excelente vista de él a esta altura, cuando el tipo gordo entra por la puerta, una campanita anuncia su llegada.

—¿Otra vez tú, Dave? —reclama el vendedor de la tienda, que viste completamente de verde—, Es la séptima vez que vienes esta semana, ¿Qué no te bastan tantas semillas?

—Webi Wabo.

—Eeeh… ¿Qué? —el vendedor se confunde.

Dave realmente parece admirado por las plantas, estuvo treinta minutos observando una simple pala. El sol termina de salir de entre las montañas, su luz atraviesa los cristales de la tienda iluminando casi todas las paredes del lugar. Una hora después, la puerta trasera del local se abre, la habitación enseguida parece tener alguna especie de inmunidad a la luz, el sol simplemente no es capaz de entrar.

—Dave… —una voz femenina susurra desde la habitación.

El vendedor queda extrañado por la situación, parece que ya conocía la presencia de otra persona en la tienda, pero no entiende la relevancia del tipo gordo en todo esto… "Es un cliente importante" Piensa y lo deja seguir. Dave entra al cuarto oscuro sin voltear a mirarlo, no le importa mucho. Cuando deja el sol atrás, siente un aura distinta en la atmósfera. Débiles velas pintan el cuarto de un morado intenso, cuelgan sombreros, túnicas y báculos.

—Que alegría verte —susurra la misma voz de antes, el recién llegado a la tienda encuentra a una chica sentada en el suelo cubriendo su rostro con una capa morada, ella levanta la vista y observa la panza de Dave. El entusiasmo en la chica hizo desaparecer casi todo su misticismo— perdón por haber tardado, el viaje fue algo largo.

—¡Sobrina! —el loco empieza a bailar y celebrar como si fuera un niño pequeño—. Estabas de viaje.. ¿Dónde? ¡No me dijiste nada!

—Eh, sí lo sé… —se levanta del piso, baja su capucha y muestra su cara a su tío, él la abraza instantáneamente.

Patrice Blazing, al compartir el mismo gusto por las plantas que Dave, adquirió una tienda antigua del vecindario y la transformó en un local de plantas y semillas tan pronto como cumplió la mayoría de edad. Su cabello, igual de castaño que la barba de su tío, está peinado con dos coletas en la parte trasera y un flequillo al frente. Al terminar el abrazo, ella sonríe y expone las numerosas pecas de sus mejillas que intentan ocultarse entre unas gafas redondas, el marco de los lentes son un espiral púrpura.

—Tengo algo importante que decirte… bueno darte… bueno también decirte. —dice la chica de gafas.

—Ya se que estoy loco Patrice —responde Dave—, tengo un certificado miedico y todo.

—No, eso no… —los ojos color miel de ella brillan cuando su tío se llama a sí mismo "loco" Antes no permitía que lo llamarán así—. Lo que debo decirte es que lo he logrado encontrar.

—¿Qué cosa? ¿Mi taco?

Patrice empieza a buscar entre todas las bolsas de abono, palas, rastrillos y podadoras de su habitación, parece que la iluminación oscura tiene el propósito de ocultar su desorden.

—¡Aquí están!, toma, ¡Semillas de una planta imitadora auténtica! —La voz de Patrice agudiza demasiado cuando se exalta, le sucede siempre. Le entrega a Dave el paquete de semillas—, ¡Una planta imitadora! ¿No es increíble? Bloom & Doom Seed Co. no vende de estas, ¿Verdad?

—¡Nueces y Calabazas! —el loco se exalta igual que su sobrina— ¡Planta Imitadora!

Vuelve a celebrar por al menos cinco minutos, se muerde algún dedo mientras lo hace. Patrice se dispone a intentar interrumpirlo, aún había algo que quería decirle.

—Eeh… Tío Dave

—¡No puedo creerlo! ¡Santos Gnomos de jardín!

—Tío Dave… Escuchame.

—¡Por todos los tacos picantes! ¡Una planta imitadora!

—¡Dave! —exclama Patrice—. Hay algo más.

Ella lo ve con un gesto de ternura, pero al mismo tiempo de preocupación. Enciende mas velas de la habitación y se sienta en su cama, la cual antes no era visible, agarra polvo de café y lo lanza por todo el lugar causando un olor que invade la nariz de ambos, ¿Por qué razón tirar café al suelo? Del profundo abismo oscuro de… debajo de la cama… sale una seta sobre una maceta, bosteza al mostrarse y abre los ojos lo más que puede, sus ojos lucen como un espiral.

—¿Eh? —pregunta integrándose en la conversación, aún con sueño— ¿Y por qué me levantas a esta hora? oh… ¡Dave!, ¿A que se debe esta visita?

—¡Yo te pregunto lo mismo, planta bruja! ¿A dónde viajaste con Patrice? —la barriga del loco se mueve al mismo ritmo frenético que su sartén tras la exaltación. Curiosamente llama planta a una seta, pero él los considera de la misma familia— ¿Y por qué duermes debajo de su cama? ¿Te crees una mascota?

—Ay no… ya se puso como loco. —afirma la seta.

—¡No es mi mascota! —se queja Patrice—. Es mi mejor amiga.

La chica acaricia el sombrero de la seta, la planta es completamente blanca salvo su parte superior, cambia de color entre purpura y azul y los colores se alborotan al masajearla. Si, al parecer llamar planta a una seta es correcto, pero no viceversa.

—Disculpame por levantarte tan temprano Iris, sé que apenas comenzabas a dormir.

Las plantas como Iris, es decir setas, duermen durante el día y se mantienen despiertas en la noche, solo un grano de café puede despertarlas del más profundo sueño. Iris es una Hipnoseta.

—¿Podrías traer al pequeño? Dave quiere verlo.

—¿Pequeño? ¿Quién es "Pequeño"? —pregunta el loco.

—¿Pequeño? ¡Ah sí! Él pequeño, claro… está dormido, ya voy por él.

Patrice jala una cuerda que cuelga del techo y abre una trampilla que permite pasar un poco de la luz del día, Iris sube saltando entre estanterías colgadas a la pared y desaparece de la vista de ambos, tío y sobrina se quedan esperando por algunos minutos hasta que la hipnoseta llama a Patrice y ella sube instantáneamente para ayudarle. Dave no tiene idea de que esperar ¿A que se refería con "El Pequeño"? ¿Era un pequeño frasco de salsa picante? ¿Un nuevo gnomo para el jardín? ¿O acaso una planta bebé? La sobrina tiene un pequeño invernadero arriba de su tienda, definitivamente no era una planta bebe, tenía que ser el frasco.

Aprovechando la ausencia, Dave tiene un pequeño momento para reflexionar sobre su sobrina; había crecido tan rápido en los últimos años que ahora parecía una broma pensar que ella lo visitaba a ayudarle y destruir zombies los fines de semana, era una chica lista y centrada, había aprendido tres idiomas por cuenta propia y un montón de artes marciales con tan solo once años, pero de un momento a otro, se concentró tanto en las plantas y en su historia que se convirtió en la dueña de una tienda que restauró, a excepción del último viaje que tuvo, Patrice permanencia encerrada en su cuarto oscuro junto a Iris practicando la antigua magia de las setas, lo que sea que signifique eso.

"Antes, su planta favorita eran los girasoles, ahora… ni ella misma ve el sol." Pensó Dave.

Patrice e Iris bajan del invernadero, cierran la trampilla tan pronto como pueden y muestran una nueva maceta.

—¡Es una planta! —exclama Dave— ¡Esto es…!

—¡Sssh! —Iris se altera— ¡Está dormido!

—Tío Dave… —la chica estira sus brazos para ofrecerle la maceta— Él es…

El loco lo observa tan pronto como puede, un diminuto lanzaguisantes duerme sobre la tierra abonada de la maceta, una planta de apenas unos centímetros, una planta que él ya sabe quién es.

—¡Santos caracoles salados! —Dave se acerca más al pequeño vegetal que tiene entre sus manos, por primera vez, habla en voz baja para no despertarlo—. Reconocería a un Clorofil en cualquier parte.

—¿Enserio? —pregunta Patrice— Pues… yo lo veo como un lanzaguisantes normal, de hecho, se ve muy débil para ser su hijo.

—Crecerá… crecerá y sabrá quién es en verdad.

—Tío Dave… Lo digo en serio, es una planta muy débil, la he tenido que cuidar todo el tiempo… Mi viaje fue para alimentarlo y cuidarlo mejor que aquí. Y tú debes cuidarlo mejor que yo.

Iris bosteza y vuelve a ponerse su pijama.

—¡Este es el mejor día de mi vida! Tengo semillas de una planta imitadora y he encontrado al hijo de Jack Clorofil.

—Bueno, realmente lo he encontrado yo…

—Ahora haces parte de mi jardín pequeño, nunca dude de tu existencia, vas a encajar muy bien.

—Bueno, en realidad debes pagarle a la tienda antes de llevártelo —Patrice lanza una sonrisa falsa.

—¡Antes hay que protegerlo y ocultarlo! —grita Iris, medio dormida—. Podría enfermarse si recibe demasiado sol.

Ella coloca un par de hojas sobre el pequeño lanzaguisantes, ahora parece una planta común y corriente, el tipo de la gran panza se dispone a salir lo más pronto posible con la maceta.

—Tío Dave… —Dice la chica de cabello naranja con timidez, interrumpiendo la salida de su tío— Te… te extrañe.

—Webi Wabo —Responde el loco.

Patrice sonríe mientras Dave se retira para hablar con el vendedor. La chica coloca una mano en la cintura y gira el torso para observar a su planta favorita, Iris se encuentra roncando con la boca abierta mientras una gota de saliva intenta escapar, a Patrice le causa gracia y le da dos toquecitos para que despierte justo después de sentarse de piernas cruzadas en el suelo.

—¿Eh? ¿Y ahora qué?

—Ya tendremos todo el día para dormir, ¿Puedes acompañarme a una cosa?

—Bueno, pero no pienso quitarme el pijama.

—¡Ni yo! —debajo de aquella túnica morada y mística de la chica, parece que también hay un pijama.

Ella y la seta vuelven a subir por las escaleras colgantes que aparecieron desde la trampilla del techo, Iris logra ocultar el sueño, aunque esa tarea no se le da particularmente bien, y sube junto a su amiga hasta el invernadero sobre la tienda de semillas. Varias macetas con brotes y plantas bebés agradecen a la mujer por regarles agua y darles el abono que necesitan para crecer, ella sonríe mientras atiende a las pequeñas y nota como Iris se pone celosa, quizá esa sea la razón por la que no suele acompañarla a esta tarea..

—¿Tú también quieres? —le pregunta Blazing, haciendo mover sus coletas naranjas.

—Paso.

—Si, cómo no —dice con un tono coqueto y sarcástico.

Al tiempo que ella termina de regar a todas las plantas, incluida a la mimada de Iris, la chica se detiene justo en una maceta vacía en medio de todas las demás, en vez de usar su regadera verde decide pasear sus manos en la arcilla café y rozar los dedos sobre la superficie de la tierra humedecida. Le confiesa a Iris que quería conservar algo del pequeño antes de despedirse de él.

—¿Entonces es por eso que lo pusiste en otra maceta?

—Si —rectifica la mujer, sosteniendo la maceta original del pequeño en las manos—. ¡Olvidé mostrársela a mi tío!, ¡¿Cómo pude olvidarme de eso?!

La voz de Patrice se agudiza al pensar en su error, sin embargo su amiga salta hasta su hombro y se acerca al cabello anaranjado para consolarla. Rápidamente ella se calma respirando con los ojos cerrados, el resto de plantas bebés la observan con todo el deseo de que se sienta bien, la chica sonríe al ver a sus plantitas.

—Se está yendo de la tienda, quizá todavía podamos mostrarle la maceta —sugiere Iris.

—Conozco a tío Dave, ni siquiera hace falta que yo se lo diga para que descubra su nombre —vuelve a poner el macillo sobre el invernadero, ahora la maceta vacía hace parte del jardín zen de la chica—. ¿No es así?

—¡Seguro! Eh… Patrice… ¿Crees que lo volvamos a ver?

Tal pregunta hace detener a la de coletas de cabello naranja, dedica una última mirada a la maceta y sonríe para responder con total seguridad mientras lee su nombre:

—Si, se que lo volveremos a ver.

—¿Y bien? —El vendedor de la tienda juzga a Dave con la mirada.

—Quiero comprar estas semillas y esta planta, es extremadamente especial —responde el loco.

—Yo solo veo un par de hojas, pero me das de comer así que vale —el vendedor suspira y factura la planta en la caja — Son €2.500

—¡¿€2.500?! ¿Se atreve a ponerle precio a una planta tan especial como esta? Que descarado… 

—Bien… entonces serán €10.000

—¡¿€10.000?! ¿Se atreve a cobrarme €10.000 por una planta como cualquier otra? Como se atreve…

Una vez facturada la compra, el loco barbudo sale del local con maceta en mano, sube a su camioneta campera y deja al pequeño sobre el asiento del copiloto. El motor arranca y el automóvil empieza a descender por las colinas del vecindario en plena mañana. El lanzaguisantes que reposa bajo las hojitas que lo protegen, recibe la rica luz solar de un día despejado y precioso. Dave le susurra mientras conduce, le dice que todo estará bien.

El pequeño responde haciendo sonidos extraños, sonidos similares a los de una trompeta, cierra los párpados con más fuerza y pasa sus hojitas sobre su propia cabeza intentando cobijarse. Dave tiene cierta maestría conduciendo, pues logra seguir su camino observando fijamente a la planta.

—Te llevaré a mi laboratorio… ¡Oh no! —se dice a sí mismo el tipo gordo—. No, mejor te llevo al garaje…

Sin embargo, mientras conduce piensa en una mayor variedad de opciones. Dave, por algún motivo, suele predecir el futuro con exactitud y suele asegurar que este se cumplirá como él lo pensó si ciertas condiciones aparentemente irrelevantes se cumplen. Por ejemplo; dice que en los días de elecciones presidenciales, los resultados dependen del taco que desayune esa misma mañana. Se detiene en una de las carreteras de las colinas justo antes de entrar al vecindario.

—¡Es hora de hacer cálculos! —sin que la sartén se caiga de su cabeza, el loco saca la radio de la camioneta y se come uno de los tornillos, luego coloca la radio nuevamente y gira sus perillas en un orden concreto.

"T-O-P CAR RADIO INICIANDO. USUARIO DAVE, POR FAVOR SEA PACIENTE :)"

—Pronto te pondré una voz, Penny. ¡Barbacoa! —grita sin ningún sentido.

"REALIZANDO PREDICCIÓN SEGÚN LOS ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS DE LA HISTORIA UNIVERSAL."

—¡Eso es cosa sencilla!

"SEGÚN LOS CÁLCULOS, LO CORRECTO PARA EL USUARIO L–GUISANTE- SERÁ ENTRAR AL JARDÍN ZEN Y NO REVELAR SU VERDADERO NOMBRE HASTA DENTRO DE CATORCE AÑOS, SEIS MESES, DOS SEMANAS, CUATRO DÍAS, 3 HORAS Y 25 SEGUNDOS."

—¿L Guisante? —pregunta Dave a su radio—. ¿Acaso querías decir "Lanzaguisantes"? no lo creo… ¡Santos Frijoles! ¡Pero si me acabas de decir el nombre del pequeño! ¿Enserio se llama Guisante?

"EJECUTANDO RESPUESTA SARCÁSTICA, EJECUCIÓN FALLIDA. RESPUESTA DE RESPALDO: AFIRMATIVO"

—¡Yo quería que se llamará Chicharito! —reclama Dave—. Pero está bien, ¡Un placer conocerte, Guisante Clorofil!

El pequeño continúa durmiendo adorable e indefenso, el loco vuelve a conducir por las colinas del pueblo mientras se convence totalmente de que el jardín zen será excelente para él. Pero… ¿por qué exactamente?

Durante el viaje, la pequeñita planta despertó.


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