Había pasado otra semana desde que la Señora Jade fue ejecutada por Gale mismo. Su cabeza en descomposición todavía estaba en medio de la plaza de la ciudad y permanecería en esa estaca para siempre.
Todas sus pertenencias habían sido destruidas, y todos los sirvientes que trabajaban de cerca con ella habían sido degradados o trasladados a trabajar en otro lugar.
En cuanto a la criada conejita que era la principal colaboradora de Jade...
Alice salió de su cobertizo al amanecer, ya que quería comer algo.
El frío no le molestaba ya que su raza era la de un conejo de nieve o liebre ártica. Pero estar encerrada en un cobertizo tan frío con poca o ninguna comida era más que suficiente para volverla loca.
Alice se abrió paso hasta la cocina y vio a las otras criadas charlando o contándose chistes mientras desayunaban juntas.
Todas parecían estar alegres por los días pacíficos en el Reino de Hombre Bestia hasta que vieron a Alice.